Todo se mueve con Rosario Smowing

Aterrizaron luego de unas horas de vuelo dentro de un avión, pero, podrían tranquilamente haber arribado en su regreso, en uno de los gigantes barcos de metal que flotan las ondas aguas del rió Paraná, esos que cruzan el océano atlántico para llegar a las tierras detrás del mar.

Rosario Smowing regreso  de una nueva gira que viene realizando desde el año 2012 por el viejo continente, países bajos. Visitando, tocando en lugares y festivales imposibles de pronunciar por la cantidad de consonantes que conllevan.  Este último recorrido dejo detrás una gira de 45 días, 27 shows, 7 países. Una locura.

El viernes 15 de septiembre la banda se reencontró luego de un considerado tiempo con su público. Los mismos que los han visto crecer y migrar, cortando los aires, buscando terrenos fértiles para tocar su música. Manijas ellos de ver a los suyos, manijas los suyos de ver a la smowing. Combinación letal se desato en Pugliese.

Un show que comenzó pasada la medianoche con todos los integrantes sobre el escenario, el Capitan Casanova al frente con su vaso, su trompeta y su micrófono, empilchado de camisa, traje y corbata. Solo para las primeras fotos, luego el calor generado haría que solo la sudadera quede cubriendo su torso.  Un repertorio intenso, con casi dos horas de swing, jazz y ska. Un género que no pertenece a nuestro terruneo pero que esta banda milita hace 17 años en nuestra ciudad.
Demostrando como toda música puede adoptarse, adaptarse y transformarse. Sonidos que nos remiten a otros lugares del mundo, atados con poesías para la luna y el Paraná.

Una hermosa fusión cultural, que les ha dado la llave de acceso a puertas cerradas por las fronteras, pero atravesadas y abiertas por la música.

Como uno de esos navios enormes que navegan ríos y mares, lentos pero fuertes y constantes.
Tranzando la ruta de las nuevas aventuras, de las nuevas canciones, recordando aquellas clásicas que le dieron forma a la cosa. Desatar el nuedo y mover los pies. Todo se mueve con la Smowing.
Largar la embarcación corriente abajo, dejar que el afluente fluya. Chocar, cantar y bailar con otros,
hasta perder de vista tierra firme e ingresar en la inmensidad.

Ahí donde se rompen las barreras y se confunde el horizonte. El cielo y el mar, sin puntos de referencia, sin faros a la vista. Donde poder realmente ser, sin prejuicios a lo que diran, solo los dioses te verán bailar al ritmo del swing ska.

Es lo que hay, disfruta/ que nacimos para estar vivos/ yo canto y vos baila/ pero no te prometo na’.

Rosario Smowing banda significativa de la ciudad, que el año que viene ya va a ser mayor de edad.
¡¡ Cuidado Chicos!! 

texto: Juan Cruz
fotos: Francisco Morello

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