Sintonizando a Lo' Pibitos

El viernes 10 de Noviembre, desembarco en las orillas del Rìo Paraná, luego de unas horas de navegación contra corriente, un grupo de Villa Crespo, una banda de Pibitos.

Ya conocen los accesos rápidos a la gran Rosario, la autopista interprovincial, seguro pegaron un sticker en el peaje rutero y zafaron de más de un control policial. Pero en esta ocasión arribaron por el agua marrón.

Apostando con sus poesías a las cosas lindas que tiene la vida, cayendo en lo oscuro y maligno, para identificar desde allí, los puntos de luz, lo benigno. Y escribirlo.

Lo Pibitos es una banda que la viene remando desde hace unos años, sobre una generosa canoa que le permite a los ocho pibitos viajar y sumergir las paletas en el agua y deslizarse sobre la superficie del canal.

“Guitarras, baterías, frases, bases, melodías, sí, siempre en sincronía-sintonía”. Esa cosa linda que tiene la reunión con amigos, el compartir el tiempo de esta vida, atravesándola con la música y su creación desde una zapada post- asado, hasta una orquesta sinfónica. La cuestión es, la unión en tiempos de individualismo. “Escúchelo/ en tu lugar preferido/ en la casa de tu amigo/ en la calle en el auto fuerte conmigo”. Esas canciones que te interpelan y te obligan a subir el volumen del reproductor, que deliciosa sensación.

Durante una hora y piquitos (quizás medio cortina), el conjunto musical de la vecina provincia, descargo una avalancha de Hit’s sobre los cráneos presentes, una tras otra, de las mejores canciones que se pueden encontrar en “Bienvenidos al presente” (2013) y “A Punto Caramelo” (2015).

Un Pugliese Bar con una linda concurrencia juvenil, con chicos y chicas cantando sus  temas favoritos, esperando con ganas los estribillos. Durante el show hubo momentos de aire, donde lo instrumental  tomo vuelo y distancia, invitando a los oyentes a despegar, para luego golpear y aterrizar con alguna rima vocal.

Nos gusta y nos atrae su música, porque es una linda fusión de géneros, que los que transitamos estos días los llevamos como influencias en nuestros oídos. Rock, funk, hip-hop, reggae, órganos, sintes. Esta banda que logra un rico licuado multi-frutal-musical, nutritivo en vitaminas para servirlo en tu copa-cabeza, tal como lo escuchaste en el disco. A beberlo, bailarlo y gozarlo.

Esperemos que este grupo siga creciendo saludablemente y creando sin perder la esencia, remando sobre una canoa pesada pero sólida, con esas texturas musicales que le posibilitaron la identidad de sonar  en el reproductor de un celular y  saber que son  Lo’ Pibitos y una rimas, una vez más. 

texto: Juan Cruz
Fotos: Mariano Armanini 

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