Pasado, presente continuo

¿Cuándo fue la última vez que educadores o educandes fueron secuestrades y torturades por luchar por inclusión en ámbito de la educación?

Hoy, después de 42 años de la noche de los lápices siguen torturando docentes. 

13 de septiembre de 2018: Corina de Bonis, maestra de la escuela 801 de Moreno. 

16 de septiembre de 1976: Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro. La mayoría de ellos integraba la Unión de Estudiantes Secundarios de la plata; Emilce Moler y Patricia Miranda de bellas artes de la universidad de la plata y Pablo Díaz. 

A Corina la metieron a un auto con una bolsa en la cabeza por hacer una olla popular, por moverse para transformar la realidad de los miles de pibes que son perjudicades por las políticas neoliberales y de recorte de derechos del gobierno de Mauricio Macri. 

A les pibes de la noche de los lápices les secuestraron por manifestarse en reclamo del boleto estudiantil gratuito y universal; les torturaron y hasta ahora muches siguen desaparecides. Uno de los principales responsables de la causa: Miguel Echecolatz, pide agosto de 2018 reincorporarse a las fuerzas de seguridad de la policía bonaerense. 

Claudio, Maria Clara, Claudia, Francisco, Daniel, Horacio, Emilce, Patricia y Pablo; peleaban en el año 1976 por lo mismo que hoy lucha corina: la educación pública como un derecho de las personas. Hoy en día sigue vigente la lucha por la accesibilidad para la educación, el medio boleto aún no es universal para todo el alumnado. 

"La noche de los lápices", representa un símbolo de lucha juvenil, que no sólo insta a las nuevas generaciones a recordar y mantener viva la memoria, sino a seguir participando incansablemente contra la represión y la injusticia. 

Este año el reclamo es el mismo, nos movilizamos para exigir que el estado proteja y garantice la educación pública, nos unimos en su lucha que hoy sigue siendo nuestra bandera.

En ambos casos el responsable es el Estado. Un Estado de facto y uno que no cumple con las garantías constitucionales cuando se pretende democrático. 

Es por eso que hoy, más fuerte que nunca decimos que los lápices siguen escribiendo, porque sabemos que un pueblo sin memoria es un pueblo que se desmorona; y porque entendemos que el presente es el momento en donde se disputa el futuro.

 

Texto: Paloma Gallardo

Fotos: Marina Alonso

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