Queremos una cumbia más

El pasado sabado 23 de Junio se prendió fuego la pista de la Japo al calor de la cumbia.

Pocas veces me toca la suerte de comienzar bien. Con ese pie derecho que pisa firme y nos asegura equilibrio. Esta noche es de esas pocas. Nos encontramos, entramos sin hacer fila y apenas nos agarra la mano un vaso comienza Girda y los del Alba. Se desata la gente coreando sus canciones y los cuerpos no pueden resistirse al hipnotismo de su show. Las siluetas de los músicos distraen de las imágenes que golpean estridentemente en los ojos. Las polleras flotan en el aire con los giros, los zapatos reciben lágrimas con sabor a fernet y mudas carcajadas corren a encontrarse. En un abrir y cerrar de ojos se bajan del escenario rodeados de aplausos. La noche está pasando muy rápido.

Antes de que los siete Solares den su primer acorde, podía observarse la pista ocupada por parejas bailando cual escena de Pulp Fiction. Pero ahora están tocando y quienes bailaban se detienen para recibir a Freddy. Entra con una gran sonrisa y sin tomar un respiro canta una seguidilla de seis canciones. Por un momento amor  termina de decidir a los indecisos; toda la japo se sacude al ritmo de la cumbia. Aunque se pasó la noche bajo la vigilancia de mucho personal de seguridad, igual podían distinguirse nubes de humo por distintos sectores del salón.

En el baño la historia es diferente. Para las mujeres significaba una fila que entraba al salón, para los hombres entrar y salir. Me parece que debería pensarse una solución para este problema tan repetido, pero se escucha a la gente aplaudiendo y sólo puede significar una cosa: La Esencia está por arrancar. Con la catarata de hits termino de perder la voz y a mis colegas. Bailando como si fuera la sobremesa de año nuevo se pasa como un tren la última banda y nos deja en las 2:40. Se descomprime la pista y suena damas gratis. Es otra cumbia y quienes tienen el estado físico no dejan de bailar. Salgo al patio en busca de aire, gano tres partidas de metegol y vuelvo a bailar No voy a llorar de Los altos cumbieros.

 

Texto: Pablo Sanchez

 

Las fotos son cortesía de Ariel Smania, para ver más fotos podes ingresar aquí.

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