Mi Nave se despidió

A un año de presentar su cuarto disco “Ojos Cuadrados” la banda anunció inesperadamente su separación, adjudicada a cuestiones del universo y presentando las fechas de sus últimos shows. Luego de despedirse en Bs. As. y en Santiago de Chile, prepararon dos fechas especiales para su ciudad de origen. Ambas en Mono, dos días consecutivos, primero junto a Perro Fantasma y luego junto a Chimo.

Viernes 2 de Agosto.

En su primer noche ya se sentía en el aire que no se trataba de cualquier evento. Había un ambiente de viejas amistades, entusiasmo y nostalgia y se percibía cierto peso que persuadía a hacer un retroanálisis de la escena local de los últimos 10 años. Sin embargo, el suceso se haría esperar y a modo de ir calentando los cuerpos Perro Fantasma se subió al escenario dejando un espectáculo para el recuerdo.

Recorriendo casi el completo de su repertorio, Perro se lució con sonidos etéreos y luminosos. Rompiendo el estado hipnótico de la audiencia que escuchaba atenta, Paulina anunció: "Hoy una banda se está despidiendo, no se si sabían", provocando una caída a la realidad de los que aún no queríamos ver. Dicho esto comienzan a rendirles un dulce tributo a dicha banda, realizando un cover de la canción homónima al último disco. Una reversión que si bien dejaba claro de qué tema se trataba, tenía la impronta clásica de Perro Fantasma, lo cual sirvió de abrazo cálido para prepararnos a lo que se vendría posteriormente.

La espera impacientó el ambiente. El público se amuchaba cerca del escenario y Mi Nave no subía aún. Entre los murmullos se escuchaban comentarios tanto de emoción como de ansiedad, incluso se observaban caras silenciosas y espectantes, en un revuelto de confusas sensaciones de lo que representaba esa noche. Hasta que finalmente sucedió: les muchaches estaban sobre el escenario y sin decir palabra, abrieron lo que sería su penúltimo show. Sin respiro alguno, continuaron intercalando entre uno y otro de sus dos últimos álbumes. Con sonidos claros y contundentes encendieron los ojos de todo el público, quienes absorbidos por la música se mecían con el ritmo a su manera y entonaban cada una de las letras. En un pequeño descanso Jose pregunta a Andrés si él no quería decir algo, animándolo quizás a algo previamente arreglado, sin embargo su respuesta fue un "no, nunca, jamás" con un poco de humor y vergüenza. Tal vez porque todo lo dejaban dicho mientras tocaban, o tal vez porque realmente no hacía falta. Un ida y vuelta entre sus dos últimas placas dejaron en claro que su recorrido en estos 10 años había marcado la ciudad con uno de sus mejores talentos. 

Sumergidos entre los prismas de humo que los láseres proyectaban sobre les espectadores nos dejamos llevar por el viaje musical, ignorando que dentro de poco ya no habría más presentaciones en vivo de una de las bandas más icónicas del under rosarino.

 

Sábado 3 de Agosto.

Para el comienzo de lo que sería el último show de Mi Nave, poco después de las 23.30, Chimo subiría al escenario. La banda de Emiliano Ponzelli, “Dutch” Bertino y Valentín Prieto realizó un set que estuvo a la altura de la ocasión, repasando canciones de sus discos “Manantial” y “Yunga”. El despliegue sonoro, la voces con reverb y la sutileza electrónica junto con el sonido orgánico de batería y bajo, recordaría a todos la vigencia de la banda dentro de la escena. “Gracias por venir, hace diez meses que no tocamos”, declararía Ponzelli cerca del final de la presentación. 

Tras la ovación a Chimo, dentro del público comenzaría la expectativa por la despedida de una de las bandas más representativas dentro de la escena. Es que, sin dudas, resulta imposible negar el lugar en el que Mi Nave supo posicionarse desde su nacimiento en 2008. Desde tomar elementos de bandas icónicas como Sonic Youth y Animal Collective (y re interpretarlos) a incorporar una fuerte impronta gráfica y estilística la banda supo forjar una carrera brillante. Por eso cuando los hermanos Feli y Andrés Yeah junto a Martín Salvador, Iván Brito y Josi Mai comenzaron con el último set en la vida de la banda, con un MONO colmado, la sensación fue de euforia total. Las canciones de “Estela”, el disco editado en 2014, fueron el eje del repertorio pero también pudieron oírse éxitos más recientes como “Redondel”, de su último LP. 

La banda lució serena, relajada y sumamente feliz, sin duda satisfecha después de 4 discos de estudio y una obra que sirve como referencia para proyectos musicales más jóvenes. Tras chistes, complicidad y declaraciones de amor con el público (numeroso y entusiasta)  junto con un bis de tres temas finales la presentación llegó a su fin. Fue memorable mientras duró pero después de diez años...la Nave había despegado. 

 

Texto: Equipo de Después uno se Arrepiente

Fotos: Juan Lavarello y Gabriel Lobera

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