Los primeros apóstoles

El pasado sábado 17, la Liga de la Cumbia reunió a tres pesos pesados del género en la Sala Güemes.

Con el primer fresco de la última ola polar, no pudieron olvidarse la campera para encaminarse hacia la esquina de O. Lagos y Güemes. Allí les dio la bienvenida el típico grupo de patovicas que, de traje y corbata, les permitieron el ingreso a la sala. Se encontrarían con las luces, la música y la gente lista para dar arranque al recital.

Lo abrió Pibes Chorros con el agite esperado; apuntaron con su cumbia y se levantaron todas las manos. Tomaron de rehenes a todos los presentes con un continuado de hits de casi una hora. Con cada canción disparaban un recuerdo y mantuvieron cantando a su audiencia, sin permitir que bajaran las manos. Así pasaron por Que calor, Somos 5 amigos y Sentimiento villero. Para los últimos temas dejaron a gente del público subir a cantar al micrófono y bailar al escenario. Cerraron su paso por Rosario con Andrea a las 1:45.

Tras una pausa de media hora, tomó la posta Ráfaga. Comenzaron con las córeos enérgicas y todo el ritmo que los caracteriza. Alentando a la gente a bailar con las manos arriba, los sumergen en una ola tropical que sólo refrescó La Cerveza; canción que tocarían dos veces consiguiendo el mismo efecto en el público. Supieron satisfacerlos con caricias significativas como Yo no sé mañana y Una ráfaga de amor.

Mientras tanto, por la zona del baño, ya había una marcada diferencia entre la extensa fila del baño de mujeres y la inexistente cola del de hombres. Sobre las 2:45 un grupo de doñas enfrentó esta desigualdad con organización, tomando el baño de hombres. Tras igualar la demanda se terminó adoptando la modalidad de mantener el baño de mujeres y convertir el de hombres en uno igualitario, equiparando la fila para ambos.

Mala Fama arriba al lugar sobre las 4, para arrancar rápidamente su espectáculo en lo que sonarían 3 cumbias: Voy caminando, Como está la vagancia y Corazón valiente. En seguida se aprieta la gente contra el escenario y comienza el instrumental. Con esta banda el sonidista hizo 3 de 3 y les plantó un acople antes de que Hernán tome el micrófono. Con algunos volúmenes sin terminar de calibrar se desata la fiesta. Tocaron un corrido de 5 temas y la gente no pudo dejar de filmarlo, acompañando al resto con las manos arriba. Allí se hace una pausa para presentar a cada uno de los músicos y encubiertamente, terminar de corregir el sonido. Los aplausos dejaron mucho que desear para la fiesta que se estuvo sirviendo, sin reducir los afectuosos saludos de la banda hacia la gente humilde de Rosario. Antes de irse, Hernán se prestó con gran amabilidad a unas fotos y autógrafos mientras ya tomaba el mando DJ China para seguir rompiendo la pista con más cumbia.

Así volvieron, casi sin voz y el cuerpo agotado pero con la manija de la cumbia descargada.

 

Texto: Cabezón N°17

Fotos: Cristian Sánchez 

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