19 de mayo de 2014

Perotá Chingó: El Astengo asediado de bicicletas

Recordamos el recital que el cuarteto ofreció a finales de abril en el Teatro Fundación. Viaje en "chingoneta" entre charlas con amigos y canciones de Maria Elena Walsh

Por Cabezón nro.27

El pasado jueves 24 de abril arribó, con sus pies descalzos, la gente de Perotá Chingó al Auditorio Fundación Astengo de Rosario. Con una sala completa media hora después de las 9, se presenta en primer lugar Maia, una cantante rosarina que se también se desempeña como física investigadora de la UNR. Presentando un repertorio corto y cerrando con un merengue venezolano, dejó a toda la audiencia pidiendo un tema más.

En el momento en que el bullicio de la gente ansiosa pasaba lo molesto, se escucha desde el fondo de la sala un coro apagado. Al darse vuelta, la gente pudo ver a los cuatro músicos en fila india entonando un cántico que llevaron a lo largo del pasillo hasta el escenario. Una vez acomodados y terminado su primer tema se hizo escuchar la pregunta, por parte de una mujer dl público, de cómo fue el viaje de los músicos y que tal lo habían pasado. Esto desencadenó, para mi asombro, una conversación parecida a la que tienen dos amigas que no se veía hace mucho. La cantante respondió que fue un buen viaje y que lo habían hecho en la “Chingoneta”.

A lo largo del espectáculo supieron hacer entrar en clima a toda la gente, consiguiendo silencios vitales y hasta una fuerte lluvia dentro de la misma sala en la que estábamos. También se mantenía, entre tema y tema, una conversación fluida por parte de las cantantes con el público, de tal forma que uno llegaba a sentirse como en una reunión entre amigos. Entre los temas más destacados se encontraron “Canción para el viento” y un cover de M. Elena Walsh, “El jardinero”.

Luego de terminar su lista, entre chistes, imitaciones y hasta el regalo de frutas por parte de la banda a la audiencia, no pudieron irse sin realizar un bis. Por votación de la gente, y en un rápido conteo, el tema elegido es Inés. Para cuando terminaron la canción, ya habían borrado toda duda de sobre su proyecto. La presentación fue realmente impecable, con un candor y una cercanía que pocas veces he visto por parte de artistas. Lograron romper toda barrera, haciéndonos sentir como si estuvieran sentados justo a nuestro lado.

Para retirarse, lo hicieron de la misma forma en la que entraron. Los cuatro músicos pasaron cantando a coro por el pasillo hasta la entrada a la sala para ser recibidos con abrazos por los más ansiosos de sus espectadores.

La sensación que deja esta banda es inexplicable: logran dejar a quienes los escuchan con una paz enorme, se desenvuelven con un afecto muy grande hacia la gente y además despliegan un repertorio que deja satisfecho  a quien lo escuche.


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