Ararat: música de la resistencia
Dando vueltas por el lugar, un poco perturbado y un poco pelotudo, decido acomodarme cerca del escenario esperando que Super Fat empiece a sonar.
Bastó con un par de minutos de distorsión gruesa y sonidos provenientes de quien sabe que parte de la galaxia, para que los seres que habitaban el café esa noche se acerquen a la banda oriunda de Venado Tuerto. Pude detectar entre el público cabeceos de aprobación en los pasajes pesados y miradas perdidas que decodificaban hacia donde se dirigía el viaje.
El repertorio de Super Fat variaba entre temas con reminiscencias doom y pasajes etéreos, y otros enfocados en la imaginería desértica y orientados hacia el stoner mas propiamente dicho.
No importa de cuantas maneras intente explicar lo que es Ararat porque siempre va a ser una definición incompleta o ambigua. Pero la banda define al proyecto como una batalla dogmática y espiritual también definida como música de la resistencia, una lucha destinada hacia la cabalgata hacia la luz.
La inclusión de Tito Fargo (violero y productor) fue la frescura que Sergio Ch y Alfredo Felitte buscaban para encarar la nueva etapa de la banda. Etapa que se encargan de catalogar como cancionera o luminosa. Lo que concreta su evolución con respecto al sonido valvular oscuro, escapándole al viejo sludge.
Su nuevo disco fusiona un estilo electro criollo con la potencia del rock, la psicodelia y el trance experimental. El resultado es un sonido basado en instrumentos alternativos en los que las guitarras pasan a un segundo plano para dar lugar a otros instrumentos: bajo, batería y teclados, sin descuidar la esencia fundamental de las canciones que surgieron de manera espontánea en una búsqueda constante de un sonido contundente pero cargado de matices.