La Milonga Itinerante nos invita a bailar en tacos o zapatillas

Tras un breve receso desde el período estival, la Milonga Itinerante vuelve al ruedo todos los jueves a la noche en el Centro Cultural de Abajo.

La movida del tango invita a bailar a todas las generaciones de la ciudad y durante el verano del 2022 hubo una importante movida por parte de muchos gestores y milongueros de apropiarse del espacio junto a la escultura de Gardel, la pista Victoria Colosio, en el Parque de las Colectividades, en frente de la Casa del Tango.  Allí dio su puntapié inicial la Milonga Itinerante de la mano de Florencia Alonso y Jona Cárdenas.

Las bajas temperaturas han obligado a repensar estos encuentros asi es que ahora podremos disfrutar de esta milonga los jueves a las 21hs en el Centro Cultural de Abajo (entrada por calle Entre Ríos 579).

En este reinicio, la clase que antecede a la milonga estuvo a cargo de Lucia Be. Allí las parejas se intercambiaban en distintas combinaciones que no respetaban la tradicional división de sexos y jugaban con los roles de líder y seguidor.  Se trabajó sobre el peso en la caminata, los inicios, cambios de dirección, la escucha corporal, sin apresurarse en buscar el abrazo tanguero, explorando por eso los laterales y abrazos de práctica más abiertos.

Concluida la clase, la hidratación de los presentes estuvo a cargo de la barra que con sus opciones de buffet morigeraba también la llegada de los asistentes a la milonga propiamente. Al principio la timidez invadía la pista de baile. El tango estaba presente como fenómeno social, se dejaba ver en las mesas y  charlas que se sucedían entre quienes llegaban. Poco a poco los tangos que hizo sonar Lucho Ratti como DJ de la noche, fueron caldeando el ambiente y más parejas se fueron sumando a bailar al ritmo del 2x4. Las tandas se sucedían de 3 o 4 tangos, con cortes que iban desde canciones pop, cumbias o chacarera que la gente también se sumaba a danzar en ronda o pareja.

Una pista llena de movimiento, ochos, cuadrados y sacadas eran dibujados con la suela de los típicos tacos pero también de convers y botas que inundaron el subsuelo iluminado de naranjas y azules.  Sin ajustarse a los parámetros más rígidos del tango, la milonga invitaba a que todes se sumen, donde se lucían polleras y vestidos junto a prendas más urbanas. Tan amplia era la convocatoria que hasta hubo un interesante trío por parte de una pareja que sumó a su bebé en el cuadro, que seguía los vaivenes de los cuerpos desde su fular.

Podés sumarte a bailar y seguir los pasos de esta milonga en instagram.com/milongaitinerante


Texto: María Victoria López
Fotos: Marina Alonso

Compartir

Comentarios