La histórica banda pop argentina, Miranda! presentó su último disco, Hotel Miranda! en el Anfiteatro Humberto de Nito.
Supongamos por un segundo que estamos inmersos en una especie de juego y me toca definir a Miranda! con el primer sentimiento que se me venga a la mente. Para hacer de este dispositivo lo más honesto posible, no dejo que pase mucho tiempo, y pienso en “alegría”. Desde sus comienzos, allá por los años 2000, su aura está marcada de carisma, simpatía y autenticidad.
Sin embargo, al escribir estas líneas y con “Hotel Miranda” de fondo para encender mi imaginación, me doy cuenta que este juego es un poco tramposo. Si me detengo algunos minutos más para analizar su recorrido, discos y canciones, diría que detrás de esa alegría, también se esconde el dolor y la melancolía. Casualmente sentimientos encontrados con un mismo hilo conductor: el amor.
Pero este juego descriptivo llegó a su fin y es hora de ir a lo que nos compete: La banda pop del momento decidió darle un “refresh” a sus principales obras para realizar “Hotel Miranda”, un repertorio de 11 canciones re-versionadas por diferentes artistas.
Con localidades agotadas desde hace casi dos meses, el público fue copando sus lugares para ver al dúo dinámico compuesto por Ale Sergi y Juli Agatta.
Fue entonces que Miranda!, convirtió el anfiteatro de Rosario en un gran hotel para albergar a casi 4000 huéspedes de todas las edades. Madres y padres con sus hijes y diversos grupos de amigues dijeron presente para ver en primera persona el reciente proyecto de la banda.
De repente las luces se apagaron y tuvimos el agrado de conocer a Luis y Facu, recepcionistas del hotel. “Les damos la bienvenida a este show a cargo del increíble personal... los invitamos a disfrutar de las instalaciones. Estamos un poco sorprendidos porque vamos a necesitar de muuchas habitaciones para ustedes, déjenme ver que les puedo conseguir...”. parodeando la situación.
En ese preciso instante siento que todo va cambiando para nosotres. Miranda se materializa y casi como saludándonos suena “Hola”, el segundo tema del “Disco de tu corazón”.
Durante la agradable noche rosarina a orillas del Río Paraná tuvimos el agrado de presenciar los “hits” mirandescos (si es que esta palabra existe) de toda la vida.
La estética del show está bien marcada. Los atuendos de todo el personal y los elementos que entran en escena para aportar el montaje hotelesco están pensadas desde el minuto cero.
De pronto suena “Extraño”, la canción compuesta por Ale Sergi dedicada a su ex pareja, Andrea Rincón. “Extraño abandonarme al universo del engaño, irnos de viaje y renovar nuestro vestuario. Me hago cargo, nena te extraño pero no tanto”. Miranda es un romance directo y sensato. Apasionado, tierno y cruel.
De a poco fuimos deleitándonos con cada una de las reversiones de “Hotel Miranda” que la banda fue presentándonos en sus redes sociales durante el último tiempo.
En pantalla aparece Andrés Calamaro interpretando “Tu misterioso alguien”. Una canción que refleja la duda inquietante de un amante desesperado que necesita comprender para procesar: “¿quién es tu nuevo amor?, tu nueva ocupación, tu misterioso alguien, a quién has ocultado todo el tiempo para no matarme.”
Miranda refleja la síntesis de un amor curioso que pregunta lo que no sabe, aquello que no puede ver. La ambivalencia entre la falta y el deseo se hace presente en muchos de sus temas. Miranda es como una especie de romance literal y mentiroso que tiene el placer de hacer exacto lo incorrecto.
Ale y Juli son la música de nuestro corazón, el amor en su máxima expresión. Tiene el “don de curar”, y los pocos segundos generan un ambiente nostálgico y doloroso interpretando “uno los dos” con la excelente re-versión Emilia Mernes, en uno de los momentos más emotivos de la noche.
El público cantó de principio a fin todos sus temas acompañando el gran momento de la banda. Tuvimos el honor de escuchar la seguidilla bien “power” de canciones como “Prisionero” con Cristian Castro, “Yo te diré” (Lali) y “Don” (Catriel).
Lo que se experimenta en un show de Miranda es una amalgama de sentimientos encontrados. Juli y Ale saben escarbar y hacer verbo todos los matices del amor. Risas, alegría, dolor y nostalgia.
Texto: Facka Vilas
Fotos: Yamil Veces