La espera se hizo larga, pero finalmente llegó la segunda parte del personaje de Marvel que nos sorprendió a todos los que no estábamos interiorizados con el cómic, ya que hasta entonces era un personaje claramente distinto a lo que habíamos visto de la filmografía Marvel. Posiblemente la culpa de esto sea la película Wolverine: Origins (2009), que nos presentó un Wade Wilson que nada tiene que ver con este Deadpool.  En esta oportunidad el director es otro, el lugar de Tim Miller es ocupado por David Leitch (director de John Wick) y se sumó en el reparto protagónico a Josh Brolin, que este mismo año interpretó al poderoso Thanos en Avengers: Infinity War.  

   En esta segunda parte, Wade Wilson (Ryan Reynolds) utiliza sus poderes para asesinar cuanto gangster se encuentre, entendiendo que hace el bien. Vive junto a su novia Vanessa (Morena Baccarin), pero las cosas cambiarán cuando reciba la represalia de esos gangsters. Comenzará una historia cargada de violencia y chistes (a montones). 

   La premisa de la película es que Deadpool es una máquina de tirar chistes, y funciona muy bien. Hay varios momentos muy graciosos y es contaste los chistes hacia los superhéroes, como es el caso con Wolverine, pero además también hay muchas referencias a personalidades de otro ámbito, como a Arjona, Chespirito y hasta Mamá Coco. En síntesis, la cultura pop a la que las películas de Marvel nos ha acostumbrado. 

   La actuación de Reynolds es muy buena, porque, al igual que en la primera, su personaje guía toda la película y sostiene el ritmo bastante bien, con algún que otro momento aburrido. Rompiendo la cuarta pared y jugando a la meta ficción, Deadpool genera una comicidad interesante con el espectador. Graciosa, con mucha acción y violencia simpática. Llama la atención la participación del actor de humor Terry Crews (¿Y dónde están las rubias?, entre otras) y Bill Skarsgard (Pennywise, en It)  Nota: 3½/5 (Buena)

Ficha técnica:

Título: Deadpool 2

Director: David Leitch

Duración: 111 min.

Nota: 3½/5 (Buena)