Durante los últimos cuatro fines de semana, el barrio porteño de Mataderos fue sede de una gran pintada de cuatro murales al conmemorarse treinta años del inicio de esta legendaria banda, hoy, ícono de la cultura rock.
Javier Quintana, humilde laburante devenido apasionadamente en artista comprometido y autodidacta, fue quien gestó esta idea, en un berretín por celebrar el cumpleaños de la banda a la que sigue y ama. Entregando lo que sabe: "enchastrar".
Así fue que lanzó una convocatoria en redes sociales, buscando un "lienzo" (pared) donde plasmar su arte infernal. Gracias a la predisposición de los vecinos de la zona de Mataderos, aparecieron cuatro.
La excusa perfecta para comenzar una celebración popular, donde la camaradería, solidaridad, entre asados y cervezas, con música en vivo, espacio de arte para niños, inflables, carcajadas y abrazos entre risas, amalgamaron las más de treinta horas promedio de trabajo que les llevó al grupo de pintores cada paño de cemento.
El primero, dedicado al baterista Tanque Iglesias, donde se lo pudo ver sentado en su bata, acompañado por los tambores del pueblo trabajador y originario junto con la Wenüfoye, bandera nacional mapuche.
Luego le tocó el turno a Manu y "Las cucarachas de bronce", titulado por Javi el artista como "La esquina de los vientos", ubicado en la mítica esquina del Club Cardenas, que diera inspiración a la clásica Balada del Diablo y la Muerte.
Para plasmar a Chizzo tocando su guitarra en el tercer mural, se optó por la analogía con "El León" protagonista del hit Panic Show, en una explosión de colores.
Y culminaron en Justo Suarez y Cosquín, el domingo pasado, con el bajo rengo, Tete Iglesias. Retratado de cuerpo entero, con su típica pose de piernas entreabiertas como cuando toca en vivo, a un lateral del muro. Y del otro, todos sus tatuajes iconizando sus ideales y su pasión: el Che Guevara, figuras psicodélicas y motivos rengos, con un gran fondo rojo y como pilar en piedras: LMDS.
"Fue mágico" dijo emocionado Javier Quintana, cuando relató que Tete se acercó a ver su mural, lo felicitó y tocó para los presentes. Para luego irse hasta un motoencuentro solidario en Maschwitz donde el trío desplegó el fuego de sus canciones demoledoras.
Según definió el artista Quintana: "En Mataderos su gente ama a La Renga, sólo canalicé un poco de la energía que la banda transmite y mágicamente se unieron voluntades", y agradeció: " A la Fabrica de envases plásticos Mataderos, recuperada por sus trabajadores, al equipo de pintores: Flor, Caio, Beba, Pol y Dani. A los vecinos del barrio Justo Suárez, Los Perales, Club Cardenas y Chicago. A todos los fans del país que viajaron hasta Mataderos, a la banda y a toda la familia quienes demostraron en comunión y convivencia festiva, que el rock and roll no morirá jamás".
Ésto grafica a las claras la expresión de un movimiento multicultural latinoamericano en el que se convirtió el fenómeno musical liderado por Chizzo, Tete, Tanque y Manu. Teniendo en cuenta que vienen de arrazar en la Quinta Vergara chilena de Viña del Mar en Octubre pasado, y tienen vendidas tres fechas en Mejico para mayo próximo.
Texto: Ana Laura Vilutis