Black Mirror: Bandersnacht, la innovadora e interactiva película de Netflix cuenta la historia de un joven programador que busca hacer un juego adaptado de una novela maldita.
Por Agustín Barcos.
Fionn Whitehead, quien lo conocimos el año pasado por Dunkirk de Nolan, interpreta a Stefan, un joven programador que a mediados de los ochenta ansía diseñar una adaptación de la novela Bandersnacht a los videojuegos. El escritor de dicha novela tuvo un trágico final, algo que él no le da mucha importancia. Un día, se le da la posibilidad de hacer su sueño realidad, cuando lo llaman de la compañía de videojuegos Tuckersoft, donde conocerá al famoso programador Colin Ritman (Will Pouter), su ídolo.
A partir de entonces, sucederán una serie de episodios en la vida de Stefan en la que el espectador tendrá la posibilidad de encauzar la trama de la película, entre dos opciones impuestas por supuesto. David Slade logra realmente algo muy distinto al resto y lo hace satisfactoriamente. Black Mirror nuevamente nos deja una pieza original, retomando las novelas del estilo “elegí tu propia aventura”, un insumo que hasta ahora no se había explotado de esta forma.
Es una serie con varios finales posibles y eso es interesante, pero estimo que se trata de un juego con el tiempo y la realidad que está de moda y que Rick and Morty ha instalado recientemente en los usuarios del streaming. Siguiendo esta temática, recomendamos la gran Arrival (2016). En el afán de mostrar diferentes realidades, algunas terminan siendo bizarras o absurdas. De todas formas, todo eso está dentro de este juego muy original, con actuaciones notables y una muy buena dirección.
¿Qué tan libre somos, si debemos elegir entre una y otra opción (a veces solo hay una)? Nuestra jactancia del libre albedrío, ¿será realidad o habrá algo más grande que dirige nuestras vidas?
Ficha técnica:
Nombre original: Black Mirror: Bandersnacht.
Duración: 90 min (estandar).
Dirección: David Slade.
Reparto: Fionn Whitehead, Will Pouter, Alice Lowe.
Nota. 4/5 (muy buena).