Carlos Orellano salió a bailar el domingo a la noche al boliche Ming House River, en la fluvial de Rosario, a festejar el carnaval con sus amigues.
Esa noche no volvió a su casa. Estuvo tres días desaparecido. Su cuerpo apareció flotando en el río este miércoles. Hay rastros de sangre que van desde el boliche hasta uno de los muelles.
Todo apunta al personal de seguridad mixto del boliche. Policías y privados. Una vez más.
Bocacha tenía 23 años.
Había salido a bailar.
Lo mataron.
¿Hasta cuándo van a seguir apareciendo pibes y pibas flotando en el río?
¿Hasta cuándo nos van a hacer creer que los violentos son los pibes que bailan en el boliche, y no los asesinos que supuestamente nos cuidan?
¿Hasta cuándo vamos a correr el peligro de que una noche de festejo sea la última de nuestras vidas?
No hay palabras que sirvan.
Nos arrebataron a otro pibe.
Su concepto de seguridad nos está matando.
Desde Planeta Cabezón nos sumamos al pedido de justicia y seguridad real.
Y nos preguntamos:
¿No habíamos dicho "nunca más"?