Acontece: la danza que sucede y se desliza al borde del Paraná

“Acontece es una puesta de danza que cuestiona la experiencia temporo-espacial con cuerpos que se
vinculan entre sí fuera del plano convencional” así se presenta la obra que se lleva a cabo en el galpón
Helltrack de la ciudad de Rosario.

El cambio de estación se presenta en la noche del domingo con una media luna que se posa en el cielo e ilumina el Paraná, la espera del público entonces se ve aminorada por el frescor. Mientras quienes llegamos nos anotamos en una planilla siguiendo el protocolo y aguardamos el acondicionamiento del galpón que ya contuvo una función previa (¡porque se bancan dos funciones seguidas estas mujeres!).

La gente que salió a pasear cerca del río mira curiosa algo que no saben que sucede, que acontece allí en ese tinglado que durante las tardes recibe a jóvenes que practican BMX y ahora se transforma en auditorio y escenario de una obra de danza. La danza se ve condicionada y determinada por el lugar propuesto, donde lo horizontal y lo vertical se curvan en las rampas que utilizan habitualmente les jóvenes y adolescentes para practicar destrezas en sus bicicletas de pequeños rodados. La danza no es exclusiva de grandes teatros o escenarios y en las propuestas contemporáneas sobre todo se puede apreciar cómo se altera la dimensión espacial para mostrarnos danza en los sitios más impensados, como es el caso. Acá más que nunca el espacio propone y el cuerpo dispone. Se conjugan múltiples escenas en múltiples planos, una metáfora de cómo acontece la vida misma, que al igual que la obra, también puede apreciarse desde distintos ángulos.

Por esto, previo a la función se nos envió un video con los sectores para elegir dónde ubicarnos, de menor o mayor dificultad por las rampas y accesos, donde hacemos carne un poco del movimiento que pronto va a acontecer. Accedo a mi ubicación subiendo una escalerita estabilizada por los brazos de la directora y una de las bailarinas que la sostienen.

Sucede que las bailarinas ya están en escena, no tienen telón que las destape ni bambalinas dónde esconderse para chusmear a ver cómo va todo. La danza ya está allí, antes, durante y después. Claro que dependiendo la perspectiva desde donde esté cada persona se ve más un sitio que otro pero la experiencia contempla esto e invita a uno a zambullirse y deslizarse también en la danza.

Un sonido de chicharra se empieza a escuchar. La naturaleza invade un lugar lleno de urbanidad, se entretejen la música, las luces y los cuerpos en una danza que se construye con solos, dúos y la grupalidad de las cuatro bailarinas en escena: Rut Pellerano, Carolina Iglesias, Eugenia Porcel de Peralta y Virginia Brauchli. Ellas fueron quienes comenzaron la investigación corporal hacia finales de 2018 y luego al necesitar una mirada externa convocaron a la directora, Violeta Rueda, para que aporte su visión. Aunque pasaron cosas, la pandemia no impidió que la obra saliera a escena en Febrero del 2021 y sea lo primero que veo en vivo después de mucho tiempo.

La música y proyecciones en vivo otorgan otra capa más de volumen a las corporalidades en escena, enfatizando los contrastes, sombras y juegos en contraluz envolviendo todo el galpón como una gran caja de resonancia de esta danza que nos invita a cuestionar qué es lo que vemos y lo que no, desde dónde nos paramos o sentamos a ver. Por su parte, el vestuario se presenta urbano, con pantalones, remeras y polleras intervenidas con pintura flúor junto a zapatillas con buen agarre para la danza que acontece.

El don de fluir canta Drexler y estas mujeres bailan el don de deslizar y dejarse caer. Ante lo inevitable, ante la lucha contra lo que está y lo que no, ante la soledad y la comunión corporal, la respuesta está en el cuerpo que fluye porque es lo que tiene que ser, porque en definitiva es lo que habilita a que otras y nuevas cosas sucedan también. Todo esto sin dejar de pasar por distintos estados y dinámicas del movimiento, con momentos más coreografiados que otros, con corridas y estampidas que capturan la atención constante de quienes somos espectadores o mejor dicho testigos de las colaboraciones que hacen.

las bailarinas para pasar de un momento a otro y de un lado a otro. Porque la danza ya sea solas o acompañadas, acontece entre todas.


Reserva de entradas en el Instagram @acontece_danza o al 3413536365.

Ficha técnica:
Dirección: Violeta Rueda
Bailan: Rut Pellerano, Carolina Iglesias, Eugenia Porcel de Peralta y Virginia Brauchli
Vestuario: Ramiro Sorrequieta
Diseño sonoro: Tomás Lilli
Diseño de imágen, fotografía y vídeo: Victoria Máspero
Diseño de luces: Flavia Cisera
Espacio escénico: Hell Track Bike Park, Rosario.


Texto: Victoria López
Foto: Cortesía de Acontece

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