El sábado pasado reviví por un rato lo que solía ser la rutina o el mini ritual antes de un recital: los cigarrillos con amigos afuera del bar, la previa con birra en el kiosco, los amigues y conocidos en la cola para entrar. Demás está aclarar la falta que le hacían los shows en vivo tanto a la escena cultural como a los espectadores, eso sumado a la expectativa por ver a dos bandas transitando un gran presente harían de esta una noche memorable.

“Estoy gritando y bailando alrededor de tus llamas” , arrancaría cantando Maru de Bubis Vayins al comienzo del show. El set incluyó un mix entre las canciones de “Siempre veo algo en la oscuridad” (2018), Salir (2019) y Las Presencias, presentado en dos partes durante 2020. De un indie oscuro ligado al post punk a riff de guitarras más estridentes, los Bubis mostraron porque son una de las bandas interesantes y sólidas a nivel local.

Mención aparte cabe destacar la dinámica musical entre Nico y Maru, los dos guitarristas/cantantes de la banda quienes entre arreglos vocales, sonidos de reverb y chistes entre tema y tema hicieron mucho más cálida la presentación. Un breve impass ocasionado por un problema técnico permitió presentar a Pablo, flamante nuevo bajista. Con letras que transitan desde la soledad e introspección personal ,el show terminó con “Barrio Los Fresnos” un tema que podría encajar a la perfección con el desastre ambiental acontecido recientemente en los humedales santafesinos. “Ser humano no te convierte en el amo”, cerraron los Bubis Vayins,nada para agregar.

Promediando las 22 horas “Pterodactilo Plano” sonaba dando comienzo al set de 107 Faunos. Con un público en su mayoría afuera fumando, el comienzo del show presentó a las canciones de “El ataque suave”(el disco más reciente de la banda)en un formato íntimo casi de forma intencional. Así se sucedieron “Recuerdos del ya”, “Se siente así” y “El año pasado” , con esa cadencia musical casi hipnótica propia de los Faunos mientras se alternaban las voces de Javier y Félix Sisti Ripoll. Para cuando sonaba “Pico Tres” , uno de los hits de la banda de su anterior LP “Madura el dulce fruto”, la gente ya se encontraba en sus asientos cantando y coreando la canción.

Con un sonido mas rockero y contundente se sucedieron el resto de las canciones de “El Ataque..” alternando con canciones clásicas como “El tigre de las facultades” o “Neón del desierto”. Cerca del final “Llorando en la mansión prestada”  nos presentó a una gran Mora Sanchez en teclados y la banda se sumergió en sonidos  ambientales y minimalistas. “Gracias por venir y apoyar el rock de guitarras” decía Javier antes de hacer sonar los acordes de “Jazmín Chino” impregnando así el Distrito 7 de un aroma que anticipa una inminente primavera cargada de música.

Texto: Leo Andrés
Foto: Mariano Ferrari