QUERIDOS FANTASMAS

Un buen plan para el helado viernes pasado fue encontrarse con la calidez de las bandas rosarinas Queridas y Perro Fantasma en el Gran Salón de la Plataforma Lavardén.

Luego de tres años sin tocar y con una nueva formación, abrió el show Queridas a salón lleno. En los primeros acordes, la mayoría de las personas se levantaron de sus mesas y se amucharon frente al escenario. Suavidad, intimidad y alegría nostálgica es el clima musical que genera este trío de dream-pop compuesto por Andrés yeah, Pablo Lucas y Pinipona. 


Siento que nuestros cuerpos necesitan, producto de las secuelas del parate cultural y social que atravesamos -que de a poco estamos reactivando- bailar, movernos y rozarnos con esos sentimientos. Algo del orden de esa necesidad, seguramente, se jugó en la vuelta de esta banda que se formó en 2013 con el lanzamiento del EP “Drama Bomb”. 


Durante toda su presentación se proyectaron las visuales de un anime cyber-punk que generaron un continuum onírico entre música e imagen: lxs musicxs parecían otros personajes que tocaban el soundtrack de la serie… o de sus propias historias. Historias que narran como ecos, asuntos sensibles y crudos expresados en palabras y sonidos con delay. 


En canciones como Pasantía y 3804,42 del álbum “Heridas” (2016) o “Víctima”, sencillo del 2020, la confesión se hace canción: “Necesito sentir que algo brilla en mí. Darlo todo me deja vacíx”. Resulta fácil identificarse, sentir y cantar sus frases sencillas y pegadizas, que a nuestra generación, atravesada por el correctismo y la productividad, nos llega muy profundo. 


Un punto álgido en consonancia con lo anterior, fue el tema “Rota”: “Cuando mi luz explote se proyectará en la ciudad tu sombra. Tu sombra oscura, larga, espectacular”. Esa luz nos encandiló y nos proyectó a nosotrxs como siluetas oscuras bailando en la noche.
A propósito de proyecciones, luces y sombras, días atrás en una feria, Andrés Yeah de Queridas, me dio el flyer del evento con una ilustración suya: unas manos delicadas hacían sombras chinas formando la silueta de un perro. Un hermoso juego visual que une a estas bandas más allá de la música. Tanto Andres como Pauline Fondevila -cantante y compositora en Perro Fantasma- comparten la ilustración y creación audiovisual. Poner luz sobre la autogestión de estas bandas no solo habla de un trabajo a puro pulmón sino también a pura creatividad con diferentes materiales que refleja la calidad artística.


Perro fantasma, conformada por Pauline Fondevila, Fede Colombo, Carla Colombo y German Bertino nos sumergieron en una atmósfera que ya había iniciado Queridas. Pero sus canciones tienen otras texturas que me remiten al punk: son directas, simples y algo oscuras, y a su vez, tienen la suavidad de quien te quiere persuadir con un consejo claro o una idea bella.


Pauline, con su voz precisa y acento francés, nos dice que este mundo se cae a pedazos. En “Santa Fe ending” imaginan un futuro distópico pero posible a la vera del Paraná. Ya no queda nada. Pero tampoco queda nada de lo malo, todos perdieron bajo un diluvio. Sin embargo, en “Corazón y Alma” (2020) que se debate entre el manifiesto y la poesía, se dibuja una esperanza, resistencias y líneas de fuga. Nuevamente, abrazar los fantasmas: “Nunca es tarde para decidir algo, tomar algún riesgo, salir de lo seguro. Ponete a dibujar escribí un cuento o simplemente hablá con un amigo” dice en “La hora del corchazo”. 


Pauline pega saltitos eufóricos, susurra, recita y así también le da lugar a una canción de amor trágica: “Diego y Karina”, supuestos personajes ficticios que me recordaron a la película francesa de Godard traducida como “Sin aliento” o “Al filo de la escapada”. De hecho, en las visuales me pareció ver -o quise imaginar- la imagen de la pareja de esta película en el auto, entre otras parejas famosas que se sucedían distorsionadas al ritmo de la música. Diego y Karina viven unas peripecias parecidas, luego de un robo escapan de la policía: “Manejaban fumando y escuchando música, en un auto rojo de marca francesa, por las rutas medio rotas de toda la Argentina.”  Al final, ellxs son alcanzados por la policía, “una bala para dos corazones”, como en el mismo show, una bala nos atravesó.

 

Texto: Mariel Grau

Fotos: Mariano Ferrari

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