Dante en Rosario, para arrancar mejor.

Dante Spinetta se presentó en Rosario, en la primera parada del Funky Latin Nation Tour, sacando a relucir Mesa Dulce, su último álbum.

Una vieja tradición entre músicos y bandas señala que la ciudad es el termómetro para comenzar giras o presentar discos.  Debe ser por eso que el pasado viernes 2 de junio, arrancó la gira Funky Latin Nation en la Sala de las Artes. Un público ansioso esperaba ver al Dante que a las 21:30 emergió con toda su energía desde fondo del escenario para arrancar con “Rebelión”, canción con la que abre también su último y galardonado LP “Mesa Dulce”. 

Con una playlist variada, que recorrió su trayectoria solista, hits y una amalgama de sonidos y géneros, quedó plasmado sobre el escenario el sello de un artista virtuoso y desenfadado, que ha expresado alegría de tener una banda dura, con fuerza; en la cual confía y que plasmó de inicio a fin, durante todo el recital, esa energía y solidez.

Catalogado como uno de los mejores guitarristas del país según un ranking de “Rolling Stone”, habría que distinguir también su calidad vocal que expresa con un amplio registro los matices que van del tempo del hip hop a la dulzura de lo melódico.  

Dante tiene todos los ingredientes para servir la “Mesa Dulce”, “el mejor momento de la fiesta” como ha expresado en referencia a su quinto álbum de estudio y que, según él, está hecho en el mejor momento de su carrera musical; el que más lo representa.


Mesa Dulce

Este álbum fue nominado en siete categorías de los premios “Gardel”, de los cuales obtuvo cuatro galardones: Productor del Año, Ingeniería de Grabación, Mejor Canción de Rock por "El lado oscuro del corazón" y Mejor colaboración de la música urbana con "Sudaka" junto a Trueno.

Según palabras del propio autor, este disco arroja luz sobre sus influencias: funk, soul, jazz, ritmos latinos y R&B. También de un sonido característico que Prince estableció como Minneapolis sound: un híbrido musical surgido de la mezcla de sintetizadores, de rock,  pop y funk. Sin dejar de lado, por supuesto, la música urbana que “se combinó con todos los sonidos posibles y otras culturas musicales”.  Y trayéndolo a su terreno dice “Es un funk post hip-hop: en muchos temas tranquilamente podría estar rapeando en vez de cantar. Pero siempre lo urbano va a estar en mi genética, soy eso”.

“El disco es muy artesanal y aparece en un momento donde lamentablemente hay mucha comida rápida musical”.  Ante tal indigestión, Dante parece tener la receta para rebelarse, no caer en lugares comunes, mantenerse fiel y, en esta ocasión, invitarnos a disfrutar el postre.


Welcome to Funky Latin Nation

Seguido a “Rebelión”, sonó el primer corte de difusión del disco, “El lado oscuro del corazón”. Luego siguieron “La movie” y “Perdidos en el paraíso”, antes de realizar un corte y repaso de temas enganchados de su disco “El apagón” (2007), que incluyó “Besos y Joyas”, “En la mía” y “Olvídalo” junto a la ascendente cantante local, Nani, como única invitada del show, para cerrar esa ventana bien arriba y elevando la energía que, con “Deja Boo”, puso a todos a bailar a puro funk, extendiendo los últimos compases para que luzca el swing de la banda y Dante con un sólo de guitarra extenso, rítmico y estridente . Luego espesará el ambiente  con un “Humo digital” y su beat marcado. 

Dante toma un respiro y en el silencio que dura  tan sólo unos segundos anticipa un cambio, pide que bajen las luces y emerge “Ridículos”, desde el piano. La canción edulcora y la interpretación de Dante logra un clima introspectivo.

Antes que comience el siguiente tema, Dante, tiene algo para decir:  “Estos son tiempos difíciles para todos. Yo perdí a mi vieja hace poco. Lo que hoy amamos, quizás mañana no estará, “Soltar” es para eso, para disfrutar el presente y seguir”.

A mi mente vienen tres canciones que hacen eco con esta: Águila amarilla (dedicada a su padre) con su  “llegado el momento te abrazaré de nuevo” y “Primer amor” (dedicada a su madre)  que reza “madre, espero abrazarte en otra vida”. Y “Sudaka”, que trasciende lo familiar para tomar postura y proclamar “Tengo tanto amor que no tengo miedo”.

Sustancia el momento con “Mi vida” y “Supremacía”: riffs más pesados y emotividad, un buen groove para sacudir esa energía y dar lugar a la fiesta que Dante arenga diciendo  “¿vamos a funkear un ratito?”

Despachándose con “Sudaka”, “Coolo”, y el instrumental  “Funk Warrior”, en una clave que recuerda a George Clinton, en el que Dante descose nuevamente con la guitarra, moviliza la banda y baila sobre los taquitos de sus zapatos blancos. Se divierte y su público también.

Al finalizar, la banda se reunió en el frente y se apretaron en un abrazo, como si hubieran metido un gol. Lo fue.  

Con las luces apagadas del escenario llegó el momento de la gente, que demostró su agradecimiento y cariño con una buena arenga, para que la banda volviera. El bis de la despedida con  “Mostro” puso punto final a un recital impecable que puso a bailar a todos. 

Willy Croock decía "unos bailan con el tiempo y a otros los baila la vida. Pero todos bailamos”. 
Sobre todo si  hay buen groove. 


Texto: Juan Pablo Funes
Fotos: Gabriel Lovera

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