Hace ya un tiempo que el funk resurgió de sus cenizas para volver a mover caderas en todo el mundo. Tal vez me equivoque, pero creo que todo volvió a empezar con el lanzamiento de Random Access Memories por Daft Punk en 2013. Una ola de groove que sacudió a todo el planeta, y fue tan grande que llegó a esta parte del mundo, y por supuesto a nuestro under.

Y en la Jedi Groove Fest del viernes pudimos verlo y bailarlo. Una noche que demuestra que en Rosario están pasando cosas, que el under local está haciéndose ver cada vez más, y que acá en nuestra ciudad tenemos un montón de artistas que nos revuelven la cacerola con mucho estilo. Fue una noche de groove y sables láser.

La apertura de la noche le tocó a Efecto Nebuloza. Una banda que se consolida presentando este segundo disco, Como funk caliente. Se nota la evolución, se nota la comunión de un grupo que toca de memoria. Lo bailamos abajo y arriba del escenario, y en un momento hasta llegó a perderse esa división cuando Chac saltó al público para agitar todos juntos. El funk en la sangre, y algo de ritmo latino para que nos llegue. Mención especial para un final bien arriba, con bailarinas de hip hop en el escenario al ritmo de Pacheco.

El segundo turno fue de Latelonius. Muchísimo trabajo, muchísimo ensayo que se nota, al punto de que no entendés como no están tocando viendo las partituras. La métrica justa me hace preguntar cómo con tanta exactitud logran desestructurarte así, soltarte y bailar sin pensar en otra cosa. Todos esperamos un disco de esta banda formada inicialmente de la conjunción de Rio Chino y la Groovin Bohemia. Presentaron un tema nuevo que te hace viajar a Egipto desde adentro de un videojuego 8 bit. Y claro, hubo lugar para el ya clásico cover de Stompin, el opening de Hey Arnold con audios del dibujo animado. Siempre es un lujo escuchar a Latelonius.

Y el cierre estuvo a cargo de Scraps, los viejos muchachos de la noche. Con una raíz mucho mas ska que las dos bandas anteriores, y con muchos años dando vueltas por los escenarios del under local, cerraron la noche con un poco más de pogo, aire más pesado,  y saltando bien alto. Inevitable bailar y transpirar un poquito. Trajeados con un estilo mafioso, supieron cerrar la noche con el groove que hacía falta.

Otra noche en la que el under local nos volvió a deleitar. Mientras más gente note los tremendos artistas que tenemos en Rosario, más crece la cultura de la ciudad.

Corran la voz, que la cosa está por explotar.

Texto: Gonzalo Luján
Fotos: Vir Covani