El Cannon en Re de las series sobre narcos.

The Wire, la serie original de HBO estrenada en el 2002 que al día de hoy es una de las series de culto más importante y que aún sorprende por la crudeza con que expone la realidad en los barrios nortamericanos.

Por Agustín Barcos.

Sencilla, pero a la vez muy compleja. Si a ustedes, lectores, les dijera que el argumento de la serie es, básicamente, el trabajo de investigación que realiza un grupo de detectives en la marginada ciudad de Baltimore, ustedes me dirían que es bastante sencillo y hasta trillado. Pero la increíble búsqueda, con una sensibilidad notable, de dar luz sobre cada detalle en lo que supone investigar un caso es lo que termina haciendo aún más compleja la historia.  


 La serie se ambienta en el año 2002, cuando el pueblo de  Estados Unidos vivía atemorizado por el terrorismo y había un enorme presupuesto para acciones contra terroristas. Básicamente, las políticas de seguridad hacían principal hincapié en ese tema, sin hablar de la belicosa política exterior de la Estados Unidos de entonces. Con ese contexto general, la historia se centra en la ciudad de Baltimore, donde las desigualdades sociales son el caldo de cultivo para el increíble negocio del narco y que se ha tomado totalmente los barrios.  


 Ahí, y después de haber escuchado una gran cantidad de rumores de un narco que permanece en las sombras, el detective Jimmy McNulty comenzará a investigar de a poco y casi sin darse cuenta, junto de sus fraternales compañeros, el sistemático y destructivo entramado delictivo que tiene asolada a la ciudad de Baltimore. Por sus contactos, un juez y un agente del FBI, logrará conseguir las escuchas telefónicas, que es la principal herramienta de investigación a lo largo de las temporadas. 


 Al ser una producción original de HBO, tiene todos los ingredientes que suelen estar en sus productos: lucha de intereses, violencia, codicia, lujuria y argumentos maquiavélicos. Pero lo más destacable de esta serie es el increíble realismo que tiene. Obviamente es ficción, pero tiene una búsqueda por lograr romper con los clichés de las series policiales que lo hace distinta a las demás. Desde no poder continuar una investigación por falta de presupuesto, hasta ser castigado por meterse con el poder. Nadie es eterno ni omnipotente, solamente el sistema. Ed Burns y David Simon, los creadores, muestran con crudeza la realidad de los sectores marginados de Estados Unidos, cosa que no es muy distinta a la nuestra en el país y nuestra provincia.  


A lo largo de las cinco temporadas que comprenden la serie, notamos un despliegue y una puesta en escena increíble, teniendo como escenario la ciudad, algo tan cotidiano, algo aparentemente tan monótono. Además, cuenta con un elenco importante; Aidan Gillen, quien años después interpretaría al gran Lord Baelish  de Game Of Thrones. Idris Elba, Dominic West, Reg E. Cathey (de House of Cards), entre otros...Esta serie es como un Cannon en Re mayor (de Pachelbel) , por cómo, a raíz de una historia, se comienzan a sumar muchas otras más (durante las cinco temporadas) y se cuentan todas de manera simultánea y armónica. Es como una Breaking Bad pero hiperrealista. Esto, presicamente, puede parecerle monótono a muchos espectadores. Pero sin duda es una historia necesaria y, aunque puede resultar un ejercicio cinematográfico ponérsela a ver por lo extensa, es más que provechosa tener la posibilidad de verla.  
  

 

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