Jueves 6 de Noviembre de 2025

COBERTURAS

6 de noviembre de 2025

ESCRITOR FRACASADO

PH: Andres Macera

El pasado sábado 1 de noviembre, en el Centro Cultural Parque España, se presentó la obra inspirada en el relato homónimo de Roberto Arlt.

Por Juan Pablo Funes

Hay obras que parecen traer consigo el eco de un siglo entero y ésta, es una de ellas. Bajo la dirección de Marilú Marini y Diego Velázquez, la adaptación resucita la voz mordaz, lúcida y atormentada del escritor porteño que mejor supo retratar la miseria a comienzos del siglo XX. 

Diego Velázquez recibe al público desde un montaje inaudito sobre el suelo de la sala, debajo del escenario. Se estructura con una pasarela elevada (andamios) que encierra un ambiente donde hay un diván, un escritorio y un montacarga con una montaña de libros del autor. El terciopelo del telón es reemplazado por largas cortinas de plástico como las que se usan en las “obras en construcción”. Un recuadro que inicialmente no imprime demasiado sentido pero que irá construyéndose a medida que las pinceladas del texto lo ilustren. 

El personaje, por su parte, está caracterizado con gomina brillante, mocasines pulidos, medias altas y batón. Debajo viste solo una camiseta blanca y un calzoncillo celeste de algodón. Es la  imagen de un dandy: locuaz y elegante, altanero y perspicaz. Sin embargo, es un artista enmascarado que se expresa desde los escombros de su propia gloria. Un escritor consumido por su propio reflejo después de haber alcanzado un gran éxito literario para luego caer en un vacío creativo que lo paralizó. Se confiesa como un narrador que no tiene nada que decir porque el mundo de sus emociones es demasiado pequeño frente a la realidad de su contexto. 

Con este monólogo, vertiginoso, picaresco e irónico, de una belleza sucia y descarnada, Arlt utiliza la figura del "escritor fracasado" para lanzar una crítica feroz contra la hipocresía del campo intelectual argentino de la época (la "alcurnia literaria"), denunciando la falta de autenticidad en el arte y las falsas pretensiones de los críticos.

El texto original resalta: 

Los escritores llamados universales no han sido nunca universales, sino escritores de determinada clase, la más escogida, entendidos y ensalzados por la cultura de esa clase, admirados y endiosados por las satisfacciones que eran capaces de agregarles a los refinamientos que de por sí atesoraba la clase como un bien excelentemente adquirido.

       Los de abajo, la masa opaca, elástica y terrible que a través de todas las edades vivía forcejeando en la terrible lucha de clases, no existía para esos genios. Y nosotros, escritores democráticos, raídos por cien mil convencionalismos en todas las direcciones, éramos totalmente incapaces de escribir nada que removiera la conciencia social empotrada en un tedioso “dejad estar”.

Diego Velázquez cumple con el objetivo principal. Elabora un personaje que esgrime potencia en su mayor expresión posible, en ser un cuerpo que habla. Algo fundamental para unipersonales y guiones adaptados. Para ello dota al personaje con un tono de época familiarizado con Arlt: una voz que parece venir de una radio de 1930, con giros del habla porteña y un humor ácido que roza la desesperación. También poesía, filosofía nietzscheana, ironía. Algo que recuerda al personaje “Mordisquito” de Enrique Santos Dscépolo.

Cabe destacar que la dirección acierta al sostener un equilibrio entre la desmesura y la lucidez. Con una composición estética del personaje que al principio es prolija y señorial; y que se irá disgregando a medida que el monólogo se adentre en los pantanos de su drama y el grotesco de su intimidad, como si no hubiera público que lo observe.  

Finalmente, el protagonista asimila su derrota, y encuentra en el fracaso (ese que duele y humilla), una forma de resistencia y contínua transformación. 

Rematará con la siguiente frase que deja en silencio al auditorio:

¿Para qué afanarse en estériles luchas, si al final del camino se encuentra como todo premio un sepulcro profundo y una nada infinita?

Luego de una tensa pausa, mirando al público, ruge:   

Y yo sé que tengo razón.

¡Aplaudan, putos!.

“Escritor fracasado” no es solo una adaptación, es una invocación. Arlt, aquel hijo de inmigrantes que denunció la falsedad de los intelectuales y la vanidad de la cultura. Regresa para decirnos que la belleza sin verdad es apenas maquillaje, exitismo y superficialidad. 

Una obra que se atreve a hablar desde abajo, desde los restos, desde la grieta entre el arte y la vida. Una crítica, que aún respira.


 

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Marilú Marini

Autoría: Roberto Arlt

Adaptación: Marilú Marini, Diego Velázquez

Actúa: Diego Velázquez

Vestuario: Oria Puppo

Escenografía: Oria Puppo

Iluminación: Omar Possemato, Oria Puppo

Música original: Nico Sorin

Arte: Oria Puppo

Asistencia de escenografía: Martina Nosetto

Asistencia de vestuario: César Taibo

Asistencia general: Marcelino Bonilla

Producción local: @pulpo.prod

Distribución: Carolina Stegmayer



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