A la crisis que atravesaban estos espacios se le sumaron las consecuencias económicas de la pandemia. Las problemáticas y su lucha, en primera persona.
Pese a todo esto, nunca fueron reconocidos como tales ni lograron que existiera una categoría de habilitación para trabajar bajo la ley. Luego llegó la pandemia y se transformaron en uno de los sectores económicos más afectados, ya que fueron una de las primeras actividades en cancelar la presencialidad, y una de las últimas en abrir. A un año del inicio de la pandemia, se viralizó un video bajo el nombre “Emergencia Cultural, indiferencia estatal”, en el que artistas muestran la difícil realidad que atraviesan. Planeta Cabezón se contactó con les creadores del mismo para conocer la situación que viven hoy en día: Paloma Gallardo, técnica escénica; Lucas Roldán, músico y técnico de sonido; y Paula Montes, gestora cultural y coordinadora en Micelio Producción de Expresión .
A las problemáticas pre-pandémicas, se le sumaron las consecuencias producto de las restricciones por contener el coronavirus. Les diferentes artistas y espacios culturales rosarinos debieron adecuarse al contexto de la pandemia, que limitó la realización de actividades presenciales.
Lucas expresó que la adaptación pasó por un “viraje a lo digital, a lo virtual, con la producción por streaming y el plantear el trabajo en plataformas como las redes sociales. Así, los espectáculos que eran presenciales se volvieron virtuales".
Organización, producción, puesta en escena y presentación artística, todas estas tareas debieron pasar al plano de lo online, llevando a les trabajadores a redescubrir las herramientas que antes eran aprovechadas sólo para la difusión. Facebook, Instagram, YouTube y aplicaciones de videoconferencias, desde comienzos del 2020, se volvieron vitales para estos espacios.
Pese a que pudieron seguir con las actividades a distancia, los ingresos económicos de los espacios culturales disminuyeron y hubo costos indispensables para su funcionamiento que no lograron cubrir en su totalidad: alquileres, servicios de luz, agua, internet, entre otros.
"Las restricciones de la pandemia dificultaron mucho más la situación, porque ahora se suma otro motivo: es todavía más ilegal reunirse y poder mostrar las producciones la pandemia limitó el contacto con el público, que era la principal fuente de ingreso Y tuvimos que trabajar con otras cosas que no tienen nada que ver con el arte o con la producción cultural", comentó Paula.
Mientras 3.5 puntos del PBI nacional.
Los distintos motivos por los que luchan los espacios culturales y sus trabajadores por ser habilitados como tales, sumado a la crisis económica que cae sobre elles desde hace años y ahora potenciada por la pandemia, llevó a que se declararan en “Emergencia Cultural”
Hace clickacá para ver el video
"Es un tema muy amplio, es difícil de abarcarlo y es principalmente por lo que el concepto de cultura significa, porque es todo lo que tenga que ver con los seres humanos en sociedad. Hay muchas expresiones y muchas dificultades distintas. Les trabajadores dentro de un espacio cultural no tienen los mismos problemas que una persona individual. Son distintos tipos de necesidades que necesitan otro tipo de respuestas”, apuntó Paula.
Además, dejó en claro los motivos principales por los cuales están en esta situación:
“Podemos decir y afirmar que hoy Rosario está en emergencia cultural porque los trabajadores del sector no pueden realizar sus actividades y viven de eso”.