No es noticia que los espacios culturales de Rosario están en una situación crítica. En los últimos años han tenido que cerrar sus puertas muchos de esos lugares que brindan expresiones artísticas a la sociedad. Y no sólo se pierden aportes culturales importantes, de los que hacen única a Rosario, sino que también se pierden puestos de trabajo difíciles de recuperar, puestos de trabajo de personas que encontraban en su labor un sustento tanto económico como emocional.

A la situación económica de tarifazos que se vivió durante los últimos años, se le sumó la pandemia que vino a plantear que no es esencial todo lo que que tiene ver con el ocio y el disfrute. Pero mas allá de todo eso, los espacios culturales en Rosario atraviesan otra problemática que los vulnera, y que es mucho más legal y burocrática: no existe una habilitación para ellos como tal. Y así se encuentran sumamente limitados a la hora de realizar sus actividades.

¿Cómo podría sobrevivir un espacio que ofrece cultura, si los organismos legales no lo entienden como tal? Esta pregunta es la que se han hecho algunes gestores y activistas autoconvades de la ciudad, y se dieron cuenta que sin plantear un cambio en las normativas, no tiene respuesta. Es por eso que decidieron colectivizar su reclamo y presentaron en el Concejo Deliberante un proyecto de Ordenanza de Espacios de Trabajo Cultural Independientes, que busca tener una buena aceptación por parte de la mayoría les ediles.

Para visibilizar la necesidad de esta ordenanza, el colectivo Ordenanza Ya convoca a un Festival Picante en la puerta del Concejo este jueves a las 15 hs, con una varieté en la que participan artistas referentes de Casa Kaos, Casa de las Sirenas, Puerta Naranja y Kasa Córdoba, además de la presentación en vivo de Julián Venegas, Matilda, CKCK Dúo y Mundialmente Famosas.

En Planeta All Inclusive dialogamos con Federico de Battista, parte del colectivo organizador, uno de los referentes de Micelio 520 e integrante de Hermana Negra, para poner la lupa en este tema, y comenzó hablándonos de algo básico: "Lo que pedimos son derechos, es el derecho a ser. No nos dejan ser en relación a nuestra profesión y a lo que nosotros le invertimos un montón de estudio y de capital."

NO EXISTE UNA HABILITACIÓN JUSTA
El problema central a la hora de hablar de espacios culturales en Rosario, es una cuestión legal y burocrática, y es que no existe una habilitación que defina a este tipo de espacios como lo que son, y las posibles habilitaciones, no llegan a cubrir la totalidad de actividades que en estos lugares se realizan, empujándolos inevitablemente a la clandestinidad.

Respecto a las habilitaciones, Federico nos comenta: "no tenemos un rubro específico que contemple todas las actividades que se realizan en estos espacios. Si bien muchos tienen otros tipos de habilitaciones, en realidad la mayoría de los que participan en CREC (Colectivo Rosarino de Espacios Culturales) no tienen habilitación porque no existe esta categoría. Y cuando se intenta habilitar con otra categoría, las reglas del juego para hacerlo son terribles, porque espacios culturales independientes están contemplados bajo las mismas normativas que los grandes boliches o de otro tipo de lugares que tienen otro funcionamiento y otro capital. Pedimos esta nueva categoría para tener reglas de juego claras y garantizar la seguridad de los espacios y el derecho de poder trabajar en nuestros lugares de trabajo."

"Pedimos la creación de esta categoría, y planteamos que tenga dos tipos diferentes de habilitación: una es la de "multiespacio cultural", y hablamos de estos espacios que tienen todo tipo de actividades; y la otra es para las casas de artistas, que funcionan como espacios culturales, y que han crecido mucho en pandemia, porque muches artistas encuentran la única forma de garantizar su subsistencia en que su espacio de trabajo sea su casa. Eso también tiene que estar contemplado, y esas personas tienen que poder trabajar con todos sus derechos en sus lugares de trabajo que también son sus casas."

UN CAMBIO DE PARADIGMA
Los espacios culturales son vistos desde paradigmas errados, en diferentes aspectos. Por un lado, es importante que se deje de pensar en estos espacios sólo en términos de ocio, porque son espacios donde se trabaja, y son la fuente de subsistencia básica de muchas personas. Y no sólo eso, son espacios donde se trabaja todo el día, no sólo durante la noche. Reducirlos a una sola franja horaria es limitarlos.

Fede es muy claro respecto a este tema: "Consideramos fundamental que se empiece a hablar de estos espacios por fuera de lo que es la nocturnidad, porque estos son espacios donde se trabaja todo el día. Algunos estamos abiertos desde las 8 AM con talleres y actividades. Y también está toda la gestión que eso conlleva, o sea, limpiar el espacio para recibir a la gente también es trabajo. Eso sucede durante todo el día. La presentación es un momento más, que también forma parte de la noche, pero no por eso un espacio tiene que estar enmarcado bajo las reglas de la nocturnidad, que son completamente restrictivas e injustas con nuestro sector. Debemos pensar la ordenanza en relación a las actividades que realmente se suceden."

"Creemos que tiene que haber un cambio de paradigma en cómo somos vistos por les vecines y por cómo somos vistos por los políticos y los funcionarios. Al no existir leyes que nos reconozcan, tampoco se va a lograr un reconocimiento de la ciudadanía en general. Tiene que haber un cambio de conciencia colectiva de parte de todes."

EL PROBLEMA EN EL BARRIO Y LA FALTA DE MEDIACIÓN
Otra parte importante del gran tejido de esta problemática es la relación de los espacios con los vecinos, el lugar que estos espacios tienen en el territorio, y la necesidad de que exista un ente que pueda ejercer una mediación ciudadana entre las partes.

El proyecto de ordenanza tiene en cuenta este tema, y en ese sentido Fede nos cuenta: "Se presentan situaciones muy complejas con les vecines a veces. Una compañera de un espacio cultural tiene todo habilitado bajo regla, y sufre el constante acoso de una vecina, que llegó a la violencia física contra ella. La realidad es que en esos casos los espacios culturales siempre tenemos la de perder. No hay manera de mediar con les vecines y poder discutir esto. Nosotres para eso planteamos dentro de la ordenanza la necesidad de crear una comisión que pueda mediar con les vecines en la situaciones de convivencia, que dependa de la Secretaría de Cultura y que también tenga un representante de los espacios de trabajo culturales."

"La mayoría de las veces los espacios culturales son lugares de referencia para los barrios y los territorios donde están anclados, y el odio siempre viene de uno o dos vecinos, cuando la mayoría de ellos están de acuerdo con lo que sucede dentro de los espacios. No podemos permitir que el odio de uno o dos haga que mucha gente se quede sin trabajo."

UNA NUEVA OPORTUNIDAD EN EL CONCEJO
Una vez más es presentado en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza que busca contemplar a los espacios culturales. En el 2015 fue el ECUR (Espacios Culturales Unidos de Rosario) el colectivo que presentó aquel llamado "Club Social y Cultural", pero no prosperó. Esta vez es otro el contexto, y el proyecto de Espacios de Trabajo Cultural Independientes puede correr con una mejor suerte, entre otras cosas por hacer foco en el trabajo.

Hay buenas expectativas de parte del colectivo: "En comparación con los proyectos que se presentaron en otros momentos y no prosperaron, entendemos que el contexto es otro. Sentimos, por lo que nos podemos acercar con algunes concejales o con el arco político en general, que hay una aprobación consensuada de esto y que puede salir, y que es la puntita de algo que hay que resolver urgente, pero que hay que ir por mucho más. El sector cultural y artístico tiene que reclamar muchas cosas más."

Texto: Gonzulu
Foto: Ordenanza Ya