El anfiteatro Humberto de Nito, recibió a cientos de almas jóvenes  con sed de música en vivo, luego de una pandemia que nos alejaría de estos lugares de encuentro. Y cuanta falta nos hacen, al mirar a tu alrededor y ver a la gente saludarse, riendo, feliz.  

Alimentos no predecederos como entrada al show, que comenzó 16hs, puntual y tempranito, la apertura a cargo de Sofia Casadey con la compañía de Fran Olima.

A los vientos los llevaron “Latelonius”, soplando fuerte para que no nos olvidemos de esas melodias que nos erizan la piel y ponen a su auditorio a corear su nombre.

Con un bet seller de promesas se presentó “Brunella”, la mc que clavo un par de hitazos y ahora suena en las play lists de la calle Rosarina, entre lo dulce de su voz y lo agrio de su agite. “Arriba las Juventes” solto por mc por ahi, y un tipo más grande desde su asiento asistía con la cabeza y respondía como si lo escucháramos: “te renuevan el alma”.

El moño de la jornada se lo puso Caliope Family con sus ritmos y rimas, recolectando ramitas de las esquinas de cada barrio de la ciudad para llegar y prender un fuego, una banda que es pulso vital sonoro de nuestros días, creciendo fuerte y sana, para explotar en resina.

Terminamos mirando una luna rosa nacer de las aguas del Paranà.

Fotos: Baltazar Lamas / Texto: Juan Cruz.