Matilda es mucho más que una banda electropop

El próximo sábado 28 de octubre a las 21 en el Galpón 11, el dúo rosarino presentará su séptimo álbum musical que cuenta entre otras colaboraciones con la voz de Litto Nebbia. Pero... ¿Qué es Matilda?

Primero sonaron en bandcamp, después en youtube y spotify. Marca registrada de Rosario, Matilda es mucho más que un dúo que hace música. Es el calor que se genera en cada baile, las sonrisas que despiertan sus estribillos, la puesta en escena de ellos: uno quieto, casi inmóvil, el otro en constante movimiento. Se trata de una idea que se volvió canción y se instaló en las playlist de ciento de personas que eligen luchar la diaria con música, moviendo el cuerpo y tarareando letras que siempre, siempre dicen mucho más que algo. 

Las letras de Matilda son denuncia, vómito de hartazgo, súplicas de cariño, reivindicación de ternura. Se alejan de la tibieza, de la soledad, del sálvese quien pueda y recuperan -con un sonido que eleva esqueletos- una idea a considerar en estos tiempos: hay un otro al lado, un par, un hermano, un amigue, un alguien que siente y sentir puede ser un hermoso lugar. 

Pasaron 22 años de sus inicios, hubo crisis sociales, económicas, políticas. Una pandemia, gobiernos que le cierran puertas a la cultura y cambios personales. Fueron conocidos, compañeros de banda, amigos y ahora, familia. Sobrevivieron por una sola razón: el amor por lo que hacen, por lo que supieron construir. 

Checho dice que la idea siempre fue que Matilda sea para ellos un espacio de felicidad, algo que genere alegrías y satisfacciones frente a tanta hostilidad. Y desde entonces trabajan codo a codo para que nada dañe esa especie de burbuja donde tantos nos refugiamos cuando el afuera duele. Ese lugar donde bailar es ante todo sinónimo de vida y libertad. 

A lo largo de esta última década, vi, como tantos de ustedes, a Matilda presentando sus discos en los galpones con el río Paraná de telón. En los bares que ya no están, en algunos que resisten. Los bailé incluso en un teatro de la ciudad. También con barbijo y distanciados unos de otros. Presencié el flujo de su público, las caras de aquellos que llegan a un show por primera vez. Y me acostumbré a que el carnaval electropop no pida permiso para contagiarte de su energía que empuja para adelante cuando todo viene cuesta abajo. 

El próximo sábado 28 a las 21, la banda convoca a una nueva misión. Bailar en la tempestad y gozar con los pies en la tierra. Con letras como “Lejos de la ciudad”, que son una cachetada a la realidad de una ciudad que se acostumbró a llorar víctimas y caminar entre sus asesinos. O con otras como “Estuvimos acá” que navega entre la nostalgia de un amor que fue y vuelve, que sigue vivo en los recuerdos de alguien. 

Me permito decir que Matilda, es entonces, un viaje directo al corazón donde está permitido todo menos no dejarse llevar.

Texto: Ludmila López

Foto: Nicole Puñet

 

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