Por Juani Plano
Las amapolas de este campo
raro por tener forma de Bota
Vieron crecer a 30.000 rojas y vivas mentes.
Que se aferraron a su piso y
El viento, la erosión, la impunidad y la justicia
son condimentos del tiempo que envuelven al ser.
¿Quién podría robarse tantas amapolas?
¿Quién tendría el coraje para ver secar una de ellas?
¿Quién las podría aplastar? Si solo querían ver el sol.
Muchos. Muchos y de varias especies,
uno solo nunca podría. Todos caen.
Personas a las que nunca les entro la Bota o les quedaba grande.
Incomodas porque las amapolas se erizaban y manifestaban.
Pisarlas, enterrarlas y ser tan cobardes
como para esconderlas,
no merecen nunca más, meterse dentro de la Bota.
¿Quién podría robarse tantas amapolas?
¿Quién tendría el coraje para ver secar una de ellas?
¿Quién las podría aplastar? Si solo querían ver el sol.
Nosotros preferimos disecar recuerdos y promesas,
Porque esas flores hoy, se reprodujeron.
La Bota se rompió, andamos a pie y a jeta abierta.
Por esas 30.000 rojas y vivas amapolas.
Para que hoy más que nunca, digamos
NUNCA MÁS.