Cortito y Funky tuvo su fiesta de cumpleaños, generando la inspiración de Dora para hacer esta crónica poética y definir qué es la fiesta.
Sagrada es la fiesta. Sagrado es el hecho mismo de festejar. Toda fiesta pertenece al orden de lo divino. La fiesta es el embriague colectivo que rememora viejas épocas pero que sin embargo se asume fija en el ahora. Si se festeja de engalana y enriquece a la cotidianeidad. En el lapso en que transcurre la fiesta el Todo está permitido y en el Todo, la eternidad es cosa sabida. El allá afuera no existe. La fiesta es fiesta por su única y pertinente decisión de ser fiesta. El acto mismo de festividad congoja a los presentes y a los impacientes pone a bailar.
Una fiesta es una fiesta cuando los comensales no se aturden entre sí, ni deshonran al de al lado. En el estado-de-fiesta el fin no parece existir. Es una idea remota. La finalización es cosa del mañana, de lo ajeno, de la intemperie. El calor de la fiesta acobija y embriaga. El tumulto de las pieles traspasa el punto de lo acostumbrado. La fiesta esconda a la idiosincrasia de las almas en pena que se animan a transpirar una parte de sí. Cada cual renace a conveniencia. No hay estipulaciones. No hay idea prefija, no hay preconceptos, no hay palabras. Sólo hay movimiento.
En la verdadera fiesta no hay etiquetas. No hay afuera ni adentro. Las vestimentas son uniformes. Nadie resalta. Nadie se niega. La fiesta es una orgía sin condones ni penetraciones. Es la caricia en carne viva. La sonrisa que no escatima, la bondad estrafalaria de los que gruñen. La fiesta olfatea en habitaciones con luces de colores y segrega saliva en baños de otros reinados.
La fiesta no se esfuerza, se desliza. No se imagina ni kilométrica ni estanca, ni precisa ni audaz. La fiesta sabe que es fiesta pero no anticipa su concepto a la acción.
Se es fiesta cuando el estado que propicia la danza emerge de las alturas para ser mándala con los huesos. La fiesta es una contradicción en sí misma, ya que regula a las tinieblas. Sabe autoproclamarse subterránea pero no por ello oscura. La fiesta es fiesta porque es un canto a la próspera vida. Como sacudón del cielo se hace sudor y beso. La fiesta es fiesta porque se sonríe por nada y para nada, porque lo banal es sólo territorio de la mente.
Texto: Dora Do
Foto: Candela Corradin