Vivas, libres y desendeudadas nos queremos

Hace tres años, cada 3 de junio, la ciudad se tiñe de violeta y se encuentra envuelta en un gran pañuelo verde. Las mujeres hastiadas salimos a las calles, una vez más, al grito de ¡ni una menos!

Porque cada 28 horas muere una mujer en nuestro país en manos de la violencia machista y la negligencia estatal que nos niega el derecho de decidir sobre nuestros propios cuerpos y nos someten a abortos clandestinos donde las ricas sobreviven y las pobres mueren desangradas, este 3 de junio volvimos a gritar ¡Ni una menos!

El calendario marcaba un día de lucha y el reloj las 15:00 cuando una multitud congregada en la Plaza Montenegro comenzó a dar sus primeros pasos hacia el parque del Monumento Nacional a la Bandera. Entre bombos, redoblantes, cánticos y gritos que hacían eco en medio de los edificios las mujeres marchamos exigiendo nuestros derechos y reclamando que paren de asesinarnos.

En el Monumento se estaba gestando un festival al grito de “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos” en el que se hicieron presentes las artistas: Aguaviva, Chiquita Machado y Eugenia de Mamita Peyote. Además hubo lectura de poesía y ferias de mujeres de la Economía Popular, de organizaciones sociales y mujeres sindicalistas.

Entre las organizaciones partidarias y no partidarias presentes este Ni una menos estaban las Mumalá quienes contaron por qué participan de esta lucha. Sofía señaló: “Venimos después de tres años del primer ni una menos, participamos desde el primer momento, somos una agrupación de mujeres, como tantas otras, que exigimos desde hace mucho tiempo “basta de femicidios”, en un contexto particular donde “las muertes por abortos clandestinos también son femicidios por parte del Estado” y agregó: “Exigimos que el Estado y la justicia realmente puedan brindarle la asistencia y el respeto que una mujer necesita y merece cuando va a hacer una denuncia o cuando precisa del Estado para poder proteger su vida”.

Estaban presentes, también, las mujeres de Pan y Rosas (PTS), la candidata Virginia Grisolía señaló: “Salimos a marchar este aniversario de Ni una menos, de aquella explosión que hubo en el 2015 contra la violencia machista. Hoy nos movilizamos también porque sigue sin haber una ley de emergencia nacional para prevenir la violencia, pero también estamos movilizándonos para exigir que el aborto sea legal, por eso decidimos marchar varias organizaciones porque consideramos que la calle es nuestro lugar para conquistar nuestros derechos” y destacó: “También estamos acá

para decir fuera el FMI de la Argentina y también exigiendo el no pago de la deuda porque sabemos que si queremos aborto hay que presupuestarlo y que esa plata no vaya para la deuda sino que vaya para las mujeres”.

Sara, de la agrupación Las Libertas expresó su punto de vista ante este ni una menos: “Esta marcha surgió como una explosión como un enojo, como un decir basta y se volvió emblemático para todas nosotras el día a día, un decir basta y poner un fin a tanto sometimiento y opresión, ya decimos basta y no nos importa nada más. Venimos acá, venimos con nuestra bandera a decir ni una menos” y destacó que no pertenecen a ningún partido político, que son mujeres autogestionadas “amigas y amigas de amigas”.

Cerca de las 17:30, luego de haber escuchado hermosos y combativos poemas, todas las personas presentes levantaron su pañuelo para participar del pañuelazo propuesto por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Una ola verde se podía apreciar desde el escenario exigiendo el fin de los abortos clandestinos, a días de comenzar el debate en el congreso. Lxs fotógrafxs no dejaron de subirse al escenario para retratar esta escena tan emocionante como batalladora.

Al finalizar el enorme pañuelazo, comenzó el candombe y luego vino la cumbia, todxs bailaron alegres y empoderadxs combatiendo al machismo y al frío intenso.

Luchamos contra la violencia machista, contra los micromachismos presentes en la cotidianeidad, contra los femicidios. Al Estado le exigimos que dejen de asesinarnos y su separación de la Iglesia Católica. Exigimos, sobre todo, que ¡saquen sus rosarios de nuestros ovarios!

 

Texto: Karen Kennedy

Fotos: Marina Alonso

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