LA ORGANIZACIÓN DE LAS TRABAJADORAS COMO SALIDA.
Mujeres de Colectivo de Trabajadorxs Precarizadxs del Tríptico de la Infancia
Nos organizamos, ganamos espacios en la calle, avanzando en nuestros derechos.
También nos organizamos en nuestros espacios de trabajo, en nuestros espacios de
estudio. Hoy en día, en medio de la crisis socio-sanitaria, hay muchísimas mujeres
organizadas en ollas populares, no sólo alimentando el hambre, también brindando
cuidados, que siguen recayendo en las mujeres, sin existir una real democratización y
politización del trabajo de cuidados.
La precarización laboral que vivimos las mujeres forma parte de una cadena de
opresiones cotidianas y estructurales, exponiendo aún más a las mujeres y a las
subjetividades feminizadas a vivenciar experiencias de violencia de género y transgénero
en todas sus formas. Una cruda realidad donde mujeres niñas, niños y jóvenes conforman
el eslabón más débil y donde los derechos son vulnerados continuamente.
En nuestra ciudad, en nuestro país y región hay infancias vulneradas y jóvenes que
necesitan ser escuchados/as. Hay niñas, niños, y jóvenes empobrecidos, sin derechos
básicos que permitan animarse a soñar con una vida digna, una vida mejor, dónde el
sueño no es salvarse solo, sino salvarse entre todos y todas. Sin #NiUnaMenos tampoco
hay infancias con derechos, ya que por cada femicidio quedan niñes y juventudes
huérfanas, dándose en cada antesala a un femicidio múltiples violencias que atraviesan a
todos los miembros de las familias, y es allí dónde los espacios estatales tienen que
ESTAR PRESENTES, hacer presencia.
Nuestro trabajo como coordinadoras del Tríptico de la Infancia no se agotó en el rol. Fue
mucho más allá: nuestro cuerpo puesto allí, en un espacio abierto al juego y a la
imaginación. Significaba mucho más que simplemente coordinar un grupo o facilitar el
disfrute de un juego. Nuestra presencia consciente, en tiempo y espacio, fue más allá que
proponer una actividad.
Además de coordinadoras fuimos oído, escucha activa y sostén de historias y relatos que
llegaban a nosotras, que atravesaban los límites del espacio, desde cuerpos dispuestos a
jugar o imaginar una realidad otra, distinta, al menos momentáneamente.
Fuimos cómplices y testigos, hermanas y tías. También fuimos amigas. Y muchas veces
fuimos madres de algún niño o niña perdide por allí, al que la imaginación le costaba o
que la violencia era la única forma que conocía para poder comunicarse.
En un momento comprendimos que nuestro compromiso con el espacio público y las
infancias propiciaba inevitablemente que las familias, las madres, las mujeres y por efecto
inevitable les niñes, tengan a su merced un espacio otro. Pudieran habitar un nuevo
espacio dónde, al menos por un momento contaran, relataran, hablaran y compartieran
con nosotras realidades que se hacían pesadas si no las compartían. Realidades
vulneradas, violentadas, ultrajadas. Realidades difíciles, disruptivas, pesadas.
Mujeres que pudieron contar una historia e imaginar un mundo otro a través del juego, la
risa y la complicidad. Mujeres que decidieron salir por unas horas del mundo real y volver
a conectarse con lo que fueron y siempre serán: niñas fuertes.
En el momento en el que -como trabajadoras y mujeres- comprendimos que nuestra
presencia no daba lo mismo, que el rol de coordinar significaba mucho más que
simplemente estar ahí; en el momento en el que entendimos que podíamos trazar puentes
y dibujar sonrisas partiendo de nuestro compromiso con las infancias y las familias, en
aquél momento es que nos dimos cuenta de que somos importantes y que es
indispensable que estos espacios sean abordados con toda la seriedad, el compromiso y
la calidad posible.
Por eso hoy reivindicamos la organización de las mujeres trabajadoras como salida, el
tejido de redes, el abrazo colectivo, conectarnos entre mujeres. En nuestro caso
particular, somos mujeres organizadas en un Colectivo de trabajadorxs municipales
precarizadxs. Porque sin organización no hay lucha posible. Sin lucha no hay cambio, y
sin historia no hay causa. Y esta lucha actual está íntimamente causada y atravesada por
nuestra historia de ser mujeres.
Las abrazamos y gritamos #NIUNAMENOS!
Mujeres de Colectivo de Trabajadorxs Precarizadxs del Tríptico de la Infancia