FELIZ CUMPLEAÑOS LIMA SUR

Están aquellos a los que no les gusta ser el centro de atención, a los que no les gusta sumar un año más al número de su vida, tirarse de cabeza bajo la piñata. Pero están aquellos a los que les gusta la celebración, el ritual de la reunión, soplar las velas y enterrar la cara en la torta festejando que estamos vivos.

 En los Galpones de la Música se llevaron adelante los 8 años de la banda rosarina “Lima Sur”. Un comodo galpón adaptado frente al caudaloso río Paraná. Un lugar donde los equipos suenan muy bien, sobre un generoso escenario, habilitando a las bandas a que puedan descargar todo su potencial sobre los cuerpos oyentes para hacerlos vibrar.  

 Lo noche del Groove fue alimentada por cuatro bandas surgidas en la ciudad, que defienden cada una a su manera, esta ola de música fresca, que llega desde el río empapandonos de ritmos, escalas, palabras entrelazadas, con la fusión de géneros como bandera de batalla, flexibilizando las líneas, buscando nuevos terrenos por explorar.

 Los encargados de juntar los palitos secos por el bosque, de armar la fogata y darle ignición al fuego, fueron los muchachos de Calíope. Con el poder de atracción de las llamas, como una luz en la noche para los insectos, detonaron los cerebros, con matices del hip-hop, calentado la cuestión con bases fonk, tomando un colectivo interurbano y emprendiendo un recorrido en la ausencia del sol, con varias paradas para subir y bajar pasajeros.

 Budajipis, amigos de los anfitriones y de los acordes, compañeros de gira por Brasil, en una hora descargo una avalancha de hit’s bailables intratables. Más que acostumbrados, los Budas nos tienen malcriados. Pusieron a todos los asistentes del cumpleaños a intentar tirar pasos que solo una gimnasta rusa lograria, excéntricos y funkys. Con los trombones tomando el frente de tormenta, discutiendo y coincidiendo en una conversación de vientos cruzados con sordinas en las bocas. En un momento se retiran los vientos como esa calma que antecede al huracán y queda sonando  el trío guitarra, bajo, bateria. El comienzo de esta travesía funktastica a la que todos se quieren subir. Gracias por existir.

 Se agregan micrófonos al escenario porque es el turno de Latelonius. Una banda que crece al ritmo de un ternero. Con esa deliciosa fusión de ritmos y elementos, que les ha otorgado una identidad que la gente reconoce y espera, ansiosa/manija, donde toquen. Porque el shock musical está asegurado, y también esa inyección de insulina para bajar el nivel de azúcar en sangre y regresar silbando tranqui a casa. Los pibes transcurren un gran momento musical, se ven las medias con barro del potrero y se disfruta saber que ahora pueden jugar en la liga. Es un ternero que con buena alimentación y espacio, va a crecer fuerte y sano, con un poco de tiempo convertirse en toro y continuar nutriendo nuestros momentos musicales con gran categoría.

 Los vacíos no existieron en la noche del groove, porque allí estuvo Mat Spiaggi que con su bandeja conectada a los altoparlantes, con la destreza con la que un albañil usa una paleta de enladrillar, unió los segmentos y momentos de esta velada corte festival pero cumpleaños. 
 

 El cierre, el postre, a cargo de los anfitriones del evento, Lima Sur.

 Con un plantel completo salieron a jugar desde el inicio con los tapones de punta. Como uno de esos partidos donde jugas de local, todos empujan para tu lado, te alientan y te obligan a demostrar, a transpirar la camiseta. La experiencia acumulada en estos ocho años, ya les ha enseñado cómo hacerlo, de qué manera jugar estos encuentros. Un show en donde todos los gustos fueron saciados. Sonaron temas de “Saladillo Love” (2010) y “Mutando” (2015), más algunos temas inéditos o no registrados digitalmente. Los condimentos de la salsa lo pusieron los invitados que fueron pasando como las canciones, amigos y amigas de Limar Sur, ex integrantes de la banda, conocidos sobre y bajo el escenario. Ayudaron a que el camino sea solo de ida bajo el lucero. 

 La noche groove fue una verdadera celebración para la banda de años de resistencia musical y cultural, con altibajos pero siempre flotando, aun cuando la cosa se hundia. De apostar a la autogestión, al pulmón, de militar el under de la ciudad, de llevar a la Zona Sur en su nombre.
 Cosechando lo cultivado durante estos años, compartiendo el cumpleaños con viejos compañeros de ruta y con nuevos grupos que vienen a retroalimentar la linda movida que se está gestando en las entrañas de esta ciudad, y de la que debemos ser parte. Bienvenides (al mundo del baile). 

 

Texto: Juan Cruz

Foto: Mariano Ferrari

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