Invasión funk

Si el Funk quiere invadir la ciudad y nuestras pistas, pues, que lo haga. No ofreceremos resistencia alguna, salvo la de nuestras articulaciones. El baile de aquellxs que lo hacen libres, el baile de aquellxs que se animan puertas adentro y el de los que lo hacen por primera vez.

Viernes 16 de Marzo en la ciudad de Rosario, una bomba iba a explotar por la noche y (no) en un colegio, una bomba de la que todos estaban enterados y sin embargo asistieron igual, sin temor a las consecuencias o mejor dicho, consecuentemente buscando aquellas. 

La sala de las artes (ex Willi Dixon) su mistica, su historia y su escenario sobre las alturas. Las luces pintando los rincones del recinto, y el climax perfecto. Esa noche había un compromiso con la pista. 

Las “Alto Guiso” fueron las encargadas de abrir la noche, desamarrando al barco del amarre, enderezando la embarcación y a su tripulación, sobre un afluente cargado de ritmos y poder. Este cuarteto de músicas que nos invitan a viajar junto a ellas en su locura musical.  
Toda la leña a los motores, todas sus canciones y transpiración, para despedirse de su primer material “Como Krusty”, el cual las llevó a tocar en pequeños y escondidos lugares de la ciudad para un puñado de personas, también las llevo por la autopista rumbo al Niceto CLub o a tocar para miles y miles de mujeres en el cierre del “8M” en el monumento a la bandera. El próximo 13/4 presentarán su próximo material “Psicoguiso” junto a las “Kumbia Queers”, en un evento que realmente / va como piña / en la Asociación Japonesa, y el cual despierta la ansiedad de toda la movida bailantera. 

Mucha gente asistió al evento, mucha brishantina sobre las caras y en el alma, mucha ropa colorida, estampas de camisas locas y gemitas como tercer ojo. La noche estaba cargada de magos y magas, tirando poderes para todos lados. 

Un poco avanzado el viaje de la tripulación, tomaron el timón “Lo Pibitos”. Este grupo de lindos navegantes de la música, con su fusión de rock, funk y reggae como linaje centrales de las canciones, atadas con nudos de hip hop. Creo que “A punto caramelo” estaban todes los asistentes a la invasión funk, en la cual este grupo de Villa Crespo se encargó de amenizar y acrecentar el fuego para que el azúcar se derrita. 
Interesantes, con buenos mensajes y microclimaxs dentro de sus canciones. Apostando por la vida, la música, el amor y las relaciones humanas. Lo Pibitos siempre son una opción para reproducir  en tu lugar preferido/ en la casa de un amigo/ en la radio en el auto / fuerte conmigo.  Con dos LP grabados y ya recontra reproducidos por la monada, se espera nuevo material de esta banda que crece fuerte y sana, dándose y dándonos, el placer de escuchar entre tiro y tiro, un cover de Sumo. 

 

Nada más peligroso para las articulaciones que las “Mona con Navaja”. Que entre cosa y cosa se pincharon unos terribles temones que no te dejaban salir al patio de fumadores a quemar el clásico puchito, porque el track que seguía estaba mejor que el anterior. 

Última artista de la noche “Naty Peluso”. La pista toda chorreada con keronese, solo faltaba una llamarada, que está chica finalmente prendió. Este no era un show más, fue su primera presentación en Argentina, luego de que en su prematura adolescencia, su familia se mudase a vivir a España. Del otro lado del charco se constituyó como artista urbana, en esa fusión y entre cruces que tiene lo urbano, transformando el espacio desperdiciado, rompiendo lo instituido con lo instituyente. Una artista muy llamativa e interesante para su corta edad. Muy plantada, imponente con sus rimas sobre bases que dispara un Dj detrás suyo. Solo eran ellos dos sobre el escenario.  Con acento y palabras del gallego, pero con la sensualidad, el sandungueo y el ritmo del Latino. 

Naty Peluso fue artista revelación el año pasado, para esos portales y revistas que se dedican a eso. 
Recomendado es ver sus producciones audiovisuales, videoclips en youtube, donde se descubren más facetas de su rol como artista. Una chica que explora décadas pasadas, que se pone coronas de frutas y utiliza filtros sepias para una producción, y en la siguiente, la encontras con cadenas plateadas, una serpiente colgada al cuello y una mirada que busca picarte. 
Monosílabos, onomatopeyas, palabras como sonidos, buscando la adaptación, la modulación al golpe de ese beat. Rosario escucha a Naty y se lo hizo sentir. El sideshow del Lollapaloza de esta artista en La sala de las Artes, en el momento de la invasión funk,  fue digno de ser recordado por el calor de toda una nueva ola de artistas en plena expansión. 
 
 Para ver el album completo de fotos, ingresa a:  https://goo.gl/wV3YwL 

texto: Juan Cruz Plano
fotos: Salvador Rios. 

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