Recibida por Kunyaza, Nathy Peluso volvió a la Sala de las Artes para el goce de su público y dio un show cargado de data junto a Big Menú.
Una noche muy esperada para muchas personas, terminó llegando este viernes. Anunciada con un buen tiempo de anticipación, se fueron generando las expectativas necesarias para que la noche del viernes, pasadas las 22 horas, La Sala de las Artes esté colmada de gente a la espera de la Sandunguera, Nathy Peluso, quien vino acompañada de una banda de las grandes ligas mundiales del hip hop, Big Menu. La amenización de la noche estuvo a carga de las Mona con Navaja.
Con una imperante ansiedad revoloteando en los aires y un público encendido, Kunyaza se hizo presente en las tablas para seguir mostrando y encendiendo las Partes del Fuego que tienen para ofrecer. Tenían varias sorpresas preparadas para este show, y retocaron, reversionaron un poco varias de las canciones de su flamante disco, para ponerlas a tono con lo que planteaba la noche.
Kunyaza salió con una versión más movida de Ambay, fusionada con Am I Wrong de Anderson Paak. De a poco fueron repasando las mejores canciones de Partes del Fuego, y fueron dejando encendido al público, que calmó su ansiedad estallando con la presentación de la banda de funky soul. La banda se encontró con un público que, en su mayoría, no conocía lo que hace, pero con estos retoques que hicieron en sus canciones, supo estar totalmente a la altura del encuentro. Una banda que te lleva desde lo más suave y mimoso del soul, hasta los pasos mas estridentes del disco. Hubo invitación para los vientos de Latelonius en tres canciones, y se retiraron con uno de sus temas emblemáticos y dejando todo bien en claro en una frase: Algo está por pasar, mi alma está prendida fuego.
Hubo un respiro para todo lo que puede suceder entre el toque de dos bandas distintas, que no hace falta que lo especifiquemos en esta crónica. Luego de eso, Big Menú se hizo presente en el escenario, generando la atmósfera necesaria para Nathy: armonías, melodias y ritmos aportadas por este trío. Cuando la Sandunguera saltó a las tablas el público estalló en un grito lleno de manija y amor.
Debo decir que no me había cautivado todavía la música de Nathy, mas allá de gustarme algunas de sus canciones y notar el alto nivel de producción que tiene. Pero desde el primer momento que se presentó en el escenario, la amé, de la misma forma que las casi 1000 personas que se acercaron a agitarla. El público fascinado, estallado, enamorado. Nunca había visto un público tan enamorado. Un movimiento, un dedo en la lengua con la saliva evaporándose, un golpe de caderas, son detalles suficientes para generar un grito colectivo en la gente que se volvía loca. Tanta alabanza fue recibida y retribuida con palabras de amor y agradecimiento de parte de la reina que ya casi oficiaba de diosa. Entre todas sus canciones, un guiño de mujer a mujer, I shot you down (bang bang), de Nancy Sinatra salió de las cuerdad vocales de Nathy.
"Alabame, wacho, alabame" nos dice, y así respondemos, hipntozidados, sin poder sacarle un ojo de encima en ningún momento. Cada gesto de Nathy para los espectadores es recibido como un orgasmo: una rosa que saca de su pecho para lanzar a la gente, una caricia a una de las manos que levantadas pedian un poco de atención. Esos detalles que seres individuales recibieron, el todo que forma la gente hipnotizada lo recibe como un oasis de amor líquido en medio del desierto de la soledad.
La banda para unos minutos y Big Menú vuelve a subir al escenario a demostrar lo que hace. Imposible no mencionar el altisimo nivel de esta banda de hip hop que está a la altura de cualquier otra a nivel mundial. Hace un buen tiempo vienen produciendo la música de la reina Peluso, y qué alegría da que tamaños artistas se encuentren para trabajar juntxs. Un lujo el de poder ver a Big Menú en nuestra ciudad, y este espectáculo de tal nivel mundial. En su demostración empiezan a pedir gritos para Nathy, y la gente no escatimó garganta para demostrar lo enamorada que está.
Nathy volvió a salir al escenario con su jazz latino para dar unas últimas canciones y la gente estaba extasiada. Le lanzaron un pañuelo verde de la Campaña por el aborto legal seguro y gratuito, que Nathy tomó con fuerza para despedirse con Corashe. "Mi catarata que a tu cerebro hidrata ¿Y vos porqué te asustaste? ¿Acaso no te comí a besos? ¿Acaso no te llené el vaso? ¿Acaso no deberías perder el miedo a vos mismo para evitar el fracaso? Te hace falta corashe." Una mujer cargada de fuerza y corashe que te lleva puestx, que arrasa lo que tiene por delante y que no le deja chance a tus ojos de mirar otra cosa.
Mujer catarata, boca de plata, reina de la vigilia, bombachita de Bandana. Con la fuerza de una nueva generación, Nathy Peluso brindó un show increible para todas las personas que se acercaron a La Sala de Las Artes. Una artista que viene a romper todo y revolucionar las formas de hacer arte. Convencida de su belleza y su poder, esta mujer de sólo 22 años, va a llegar muy lejos y va a romper todas las barreras que sean necesarias.
Conservadorxs, solemnes y aburridxs, abstenerse. Natalia tiene el corashe y el campo libre para podar los prejuicios y prender fuego todo.
Toneladas de agradecimientos para nuestrxs amigxs de Kunyaza! Pueden escuchar Partes del Fuego en Las Bandas de Planeta.
Texto: Gonzalo Luján
Fotos: Anahí Cabeza