La ultima vez que vinieron a la ciudad fue a finales del 2019, luego se suspendió la fecha prevista para el 14 de marzo del 2020 en el CC Güemes, por la emergencia sanitaria. Por suerte, este año la fecha se pudo dar en Distrito Siete y volvieron a cautivarnos con sus canciones inalterables en el tiempo. Con la misma frescura de siempre este quinteto bonaerense, que se enmarca dentro del sello Laptra, es un pilar fundamental en el indie rock argentino. Un sonido con identidad logrado por Anabella Cartolano (voz y guitarra), Pablo Kemper (voz y guitarra), Nina Carrara (teclados), Micaela García (batería) y Angie Cases Bocci (bajo).

Luego de una gran gira, presentación de su disco “Fuego Artificial”, que los hizo viajar a España 4 veces y a 9 países latinoamericanos, nos llenaron de fuego del bueno con un recorrido completo de su repertorio y dos temas nuevos que mostraron la frescura y el desenfreno de esta banda que emociona. Compartiendo el escenario con el proyecto solista de Ignacio Ramacciotti (Ignacio Local) quien abrió la noche para amenizar con sus bellas letras en canción. 

Un viernes lluvioso, frio y húmedo en la ciudad, en un contexto de protocolos y restricciones, con espectáculos suspendidos por el covid, salgo en mi bici contento a ver a las Ligas. Me encuentro con un amigo en la puerta, muy fan de la banda, que se quedó sin entrada porque se habían agotado, pero se iba a quedar a escucharlo de afuera. Adentro estaban todas las mesas llenas, saludo a unos amigues, me siento atrás de todo. El show arrancó bastante puntual, con toda la fuerza de El disco suplente, con el tema “Baile de Elvis”. Una mezcla de sensaciones nos invadió al escuchar la guitarra de Ana. "Hice Todo Mal" es un tema nuevo del 2020 grabado durante la gira por España, acompañado de un video realizado por Diego Cendra, también se hizo escuchar en el inicio. Bailando en nuestras sillas cantamos hasta el final. En el medio del reci mostraron dos temas nuevos, con solos de punteos de Ana, acordes rápidos, letras pegadizas y mucho pop poderoso para reflexionar y bailar. 

Nos contuvimos en nuestros lugares hasta llegar a “1200k” y más de une se paró a bailar y agitar. Atrás, hicimos un pogo minúsculo, pero nos llamaron la atención enseguida. La voz de Anabella conmueve y cada una de sus letras son hitazos para corear. Llegando al final, hicieron un amague de irse después de tocar “Ni una canción” y a coro del público “Ay qué dolor, prefiero dormir todo el día de hoy sin pensar en las cosas que tengo que hacer… “, volvieron casi instantáneamente a regalarnos un poco más de su energía. 

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Texto: Francis Castillo
Fotos: Nicole Puñet