CKCK presentó las dos caras de su música

El dúo CKCK presentó su disco acústico Pequeñas Músicas Ocultas en el Museo de la Ciudad, y también mostró su lado electrónico.

La ciudad va mutando sus colores, en esta primavera que semana tras semana le va dando el turno de florecer a un árbol distinto, y que a su vez va volviendo a ver florecida la cultura local, que empieza a moverse con la vida a la que siempre nos tuvo acostumbrades. Y en este bello contexto nos encontramos en el Parque Independencia, más precisamente en el Museo de la Ciudad, donde CKCK Dúo presentaría Pequeñas Músicas Ocultas, y mostraría todos los tintes de su música, con la producción de Fuega.

El contexto ideal que ofrece un espacio bellísimo como lo es el patio trasero del Museo, con reposeras y mantitas listas para poder disfrutar con comodidad y calma un show que se hizo esperar hasta esta noche. Dos escenarios listos para dar música y luz, casi opuestos complementarios, dejaban entrever que la gama de sonidos y colores, iría variando a lo largo del evento. Encuentros con personas agradables que se dan sobre todo (y a veces sólo) en estos marcos, viendo nuestro arte. Todo eso que en este año y medio que pasó, nos dimos cuenta que, no sólo disfrutamos, sino también necesitamos.

Así llegó el momento en el que Eh Bo y Kolia se subieron al escenario que se erigía en la puerta de atrás del edificio del museo, junto al cuarteto de cuerdas con el que grabaron el disco, integrado por Simón Lagier y Pablo Galimberti en violines, Milena de Giorgio en viola y Gonzalo Pombo en Violoncello. El lado acústico de CKCK, en su versión más que completa, listo para presentar Pequeñas Músicas Ocultas.

El sentimiento a flor de piel, de estas cuatro canciones que ya suenan hace unos meses en las plataformas digitales, pero que todavía no habían llegado orgánicamente a los oídos debidos. Un trabajo que llevó su buen tiempo de producción, que contó con el apoyo del Instituto Nacional de la Música, y que termina de dejar plasmada discográficamente este cara del dúo. Sutileza en cada arreglo, generando un aire puro, a tono con lo que queremos respirar. Estas Pequeñas Músicas Ocultas fueron un obsequio para quienes nos acercamos.

Luego de la presentación de este material, quedaron Kolia y Eh Bo solos con sus instrumentos en el escenario, y llegó el momento de repasar algunas de las canciones de sus discos anteriores, algunas en su estado puro y otras transformadas especialmente para este momento en un estado acústico que resalta otros detalles y sensaciones. Sonaron canciones como La desnudez total, Congélenme y Glotones. Y también hubo momento para invitades especiales: Jimena López Saric se sumó con su clarinete a tocar Construcción, una de esas canciones que son prueba de que tenemos un alma, en el instante en que nos erizan la piel; y Shanti, que se subió a cantar en La Moneda, aportando algunos coros y frases especiales, como un "Si el llanto pudiera salir, seguro sería más feliz", para terminar de hacernos sentir.

Finalizó así este momento acústico y hubo un corto lapso temporal de puente hacia lo que vendría. Kolia y Eh Bo se trasladaron al otro escenario, montado dentro del domo que se encuentra al aire libre, a la altura del piso, con luces y humo preparados para lo que se vendría: la presentación del lado electrónico del dúo, con las canciones de Tablada Hollywood.

Ni bien comenzaron los primeros sonidos electrónicos, la gran mayoría del público abandonó la quietud de los asientos, se paró y fue hacia adelante, para poder disfrutar esta parte del show, que sólo se puede gozar de lleno si es a través del cuerpo. Un set afiladísimo, que sí tuvo la oportunidad de ser presentado en vivo, pero que sigue precisando ser escuchado y bailado. Y se disfrutó debidamente. Fueron pasando así las canciones del álbum, mientras la gente se seguía encendiendo, y los músicos se fundían entre el humo y las luces como si fueran salidos del centro de la Tierra. Llegó el último agradecimiento en palabras del Colo, y se despidieron con Susurro.

CKCK Dúo tiene dos caras muy distintas, pero casi opuestas complementarias. Si bien se pueden valorar las dos por separado, tener la oportunidad de ver en la misma noche en su máximo esplendor las distintas presentaciones que pueden ofrecer estas dos caras, es una oportunidad única, que sumada al contexto que da un espacio tan bello e ideal en términos de montaje, como lo es el patio del Museo de la Ciudad, hizo que esta noche haya sido memorable y valorada tanto con los oídos como con el cuerpo, de la forma en que necesitábamos hacerlo. 

Oscilamos entre sentimientos muy diversos como la emoción que se plasma en la piel erizada y en los ojos casi lagrimeando que generan algunas canciones, y el shot de endorfinas al aire que sólo es causado por el baile gozado enteramente. Todo eso en una noche, es un regalo digno de una ocasión especial, y de un dúo que no le esquiva a ningún tono de la escala cromática.


Texto: Gonzulu
Fotos: Mariano Ferrari

 

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