Hubo AnfiMug y Planeta Cabezón estuvo ahí

El viernes pasado les amigues del Movimiento Unión Groove hicieron un fiestón. Fue la segunda fecha en lo que va del año y el esfuerzo y laburo de todes se notó. Otro éxito para el colectivo.

El sábado más de uno despertó como yo. El cuerpo pegajoso y con restos de glitter. La cabeza andaba en una, como siempre que te la pegas fuerte con cerveza, y vaya que se bebieron latas de Santa Fe el pasado viernes en el Anfiteatro Municipal. Después de una ducha necesaria abrí instagram. Las historias reflejaban lo que vivimos sin darnos cuenta. Un carnaval de principio a fin.

El MUG lo hizo de nuevo. La jornada estuvo musicalizada por Triga Nigga, la DJ que te hace recorrer la pista de punta a punta con su selección de hits dance. La Tati y la Negra llevaron adelante la conducción como lo que son, dos reinas. No podría haber sido mejor. En un momento Tati cuenta que la agregaron a dos o tres grupos de whatssap para la organización y agrega “como laburó esta gente, que ganas”.

Eso se ve en cada fecha que el MUG convoca. La hermandad de sus integrantes, sus amigues incluso sus familiares. Todes bancando la movida, todes acompañando con el cuerpo y el corazón. Resisitendo. 

Les mutantes dejaron la pista lista para que el show comience. Esta familia de bailarines que se unió al movimiento le da la chispa de locura necesaria. Les ves moviendo sus cuerpas, mutando fusionados, invitándote a viajar a otra dimensión tal vez a una donde el prejuicio desaparezca, donde el estigma social no exista. Les mutantes gozan y contagian. Se desplazan silenciosos pero no pasan desapercibidos.

La banda MUG hace vibrar el Anfi. Diez músicos comprometidos con la cultura local, cada une perteneciente a bandas rosarinas, se unieron para regalarnos un picadito sonoro. Canciones que todes conocemos, que todes cantamos y que todes bailamos. En esta ocasión hubo invitades. Por el escenario pasaron Joako22, Shanti, Brunella, Lucio Grillo, Valen Sole y Flor Croci.

Después fue el turno de Suave Lomito. Recién llegados a la lista del MUG cosa que no se notó. La mezcla de ritmos que estos pibes hacen no tiene desperdicio alguno. Pasan del Jazz, al hip hop alternativo, del trap a una salsa bien picante. Tan jóvenes como talentosos a los Suave Lomito no les tembló el pulso para comerse el Anfiteatro.

Cuando creíamos que no dábamos más de agite, llega el turno de Kunyaza. Les militantes del groove local recorrieron sus primeros éxitos y también los últimos. Les Kunyis ya no necesitan tanta presentación, se instalaron en la escena rosarina y la hicieron estallar. La reinventaron. Pioneros y manijeros incasables. Son un viaje al verano, algo pasa adentro cada vez que suben a un escenario. Las cuerpas indudablemente hicieron lo que el cora mandó y nadie pudo quedarse en su silla.

Que tema este ¿no? Porque desde la conducción con gracia recordaban que la Municipalidad de Rosario pedía que “por favor no nos paremos”, estando al aire libre. En el mismo lugar donde días atrás tocaron artistas reconocidos y todo fue pogo y agite. ¿Por qué la autogestión no y los eventos privados, sin ventilación ni protocolo, si? Esa fue la pregunta que nos hicimos todes. El láser verde que apuntaba quedó perdido entre la multitud que hizo oídos sordos. Y la respuesta a la pregunta es la misma que damos siempre: las movidas independientes joden, hacen ruido, molestan.

La noche siguió a todo ritmo. Chokenbici nos hizo delirar. El cuarteto conformado por Ani, Lauti, Colo y Mauro garantizan el gocen. En sus canciones te encontras con tantos sonidos como formas de bailarlos. Ponen de cabeza la escena. Rompen esquemas moleculares de las cuerpas y sin darte cuenta estás dejándote llevar a otra dimensión.

Para coronar la noche, les pibes del instrumentalismo. La calidad musical de este grupo te deja boqueando. Les que estaban en las últimas filas bajaron casi corriendo y una multitud se abrazó y disfrutó frente al escenario. Las ganas de sentir les cuerpo chocándose se sintieron. Estuvieron ahí. Latelonius puso el broche de oro a la Psicodelia para el pueblo.

Con el jazz chorreando en cada canción de la banda, el groove transpirando en la muchedumbre y el clima festivo en cada une de les que asistieron e hicieron posible esta fecha, el viernes el AnfiMug volumen II fue un viaje sin retorno a la ciudad que queremos. Una donde les trabajores de la cultura sean considerados, respetados y valorizados como tal.

Hubo AngiMug y Planeta Cabezón estuvo ahí, primereando el agite colectivo, bancando los trapos de la autogestión y bailando sin mañana. 

 

Texto: Ludmila López
Fotos: Yamil Veces (cortesía del MUG)

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