Martes 7 de Diciembre de veinte21. Ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina. 

Contra nadie, para todxs. Subiendo la vara un centímetro más, para que el esfuerzo por alcanzar algo, sea estirándose hasta el último instante, para caer feliz sobre un gran colchón donde procesar lo sucedido, y felicitarse por lograrlo. La realización, da felicidad.

Como una orquesta sinfónica.

Es que para que todo se vea, funcione, se escuche lindo, fluya por el aire y endulce corazones, la orquesta debe estar posicionada adecuadamente, cada cosa en su lugar, ensayada y unida, por amor, ansiedad y manija. Propulsores  fundamentales de una era, de este momento, donde nos encontramos nuevamente, caminando las calles, tomando frescas en la esquina, abrazando a quienes hace tanto queríamos ver.  

Dentro de esta orquesta, estuvo la familia Broda y asociades. Muchísimo respeto a su trabajo. A una noche, que quedara en la historia de la ciudad, de como un ciclo audiovisual, un canal con anclaje en Youtube, puede realizar un Festival musical para cientos de personas, a la vera del rio Paraná y dejarlas a todas de cara. 

Soñadores dementes, creadores de alianzas.

Gracias por darle espacio a les artistas de la ciudad, demostrando así, que debemos dejar de mirar para el pasto del vecino, y hacernos saber que el nuestro esta reverdecido, saludable y fuerte, con ganas de seguir enraizando micelio en terrenos fértiles.

Sobre el escenario en una sola noche, pasaron 12 proyectos musicales, ósea unos 35 musiques locales, line up: Fermin Sagarduy + Des Moabit / Shanti + kavara / Joako22 / Chulimane / Backing Band Broda / Agustín Perez / Amaru / Cinturón de Bonadeo / China Roldan + Ana Lola / Mutu / Fasciolo + Nasir Catriel / Señores Vuelan / Manu Piro.

Versátiles y sutiles, todes les artistas, a su manera, nos hicieron viajar por los diferentes ritmos musicales como ese rico olor a perfume que te despega unos centímetros del suelo. La backing band broda, como una remera negra y un jean azul, se adapta a cualquier momento y circunstancia con total elegancia, músicos de altísimo vuelo, cumpliendo  el deseo en vivo de algunes mcs, que hasta el momento no habían tenido la oportunidad de tocar sus propias canciones con una full band sonando al caño tras sus espaldas, ante un auditorio de cientos de espectadores.

La noche y la Luna son perfectas.

Un martes, precediendo a un miércoles feriado, también puede serlo, con una noche despejada perdida en el Rio Paraná, el cual abraza el Humberto de Nito y lo refresca.
Comiditas ricas y algunas cervecitas, giran entre el público, para la hidratación de las gargantas y el famoso colchoncito, para poder bailar hasta el final de la jornada.

Instalaciones interactivas, luces led blancas posicionadas sobre unas grullas de cemento, prenden y apagan sobre nuestras cabezas, y nos hacen cambiar la perspectiva con la vemos. Las visuales proyectadas en cuatro pantallas gigantes sobre el escenario, conforman una pared psicodélica lumínica, que termina de completar el combo artístico. Como si las proyecciones, materializaran aquello abstracto que tienen las canciones. Fueron hermosas y super flasheras.  

Es gente común, es por amor al arte.

Como que todo coincide con todo, la obra está realizada, completa y se siente en el aire. El festival la rompió por todas partes y ahora ¿Quién sutura? Je.
Es una noche destacada: “y anota esto negro: Lo hizo gente común. Como nosotres, gente que conocemos de todos los días, y lo hicieron por amor, porque las ganas cuando hay compromiso, lo pueden casi todo”, me relato al odio un amigo.

Un espíritu de comunidad y manija, se respira en el ambiente, nos sentimos bien, a gusto con la situación y los cartelitos con mensajes para evitar los bajones típicos de fiestitas. De las pantallas a la realidad aumentada y más, Broda nos sumerge en su fantástico mundo HD y nos ayuda a creer, que con esfuerzo y perseverancia, todo el posible para la vagancia.

Gracias por hacerlo, esto es internacional Broda.

Texto: Juan Cruz Plano
Fotos: Rocio Tenaglia