El viernes se desarrolló en el CEC una nueva edición del ciclo Es Bailar, que propone improvisación en vivo de danza y música.
Utilizada como elemento de investigación y búsqueda, la improvisación tomó un vuelo inesperado a partir de los años sesenta. Alineándose con el espíritu del Manifiesto No de Yvonne Rainer, quién proponía borrar todo artificio de la escena de la danza, la improvisación deleita con cuerpxs vivxs que crean un momento único, un espacio de escucha atenta, desinteresada, sin juicios de aquello que los une: el movimiento.
Además, la improvisación ahonda e insiste fuertemente en aquello tan recurrentemente atribuido a la danza, su carácter de efímero, arte-efímero. Ese arte que no puede ser poseído, acumulado, transformado en mercancía porque aparecer y desaparecer suceden casi en simultáneo. La improvisación puesta en escena insiste, decía, en este carácter de momento irrepetible y único, no importa cuántas veces lxs mismxs cuerpxs suban a escena; no hay ensayo, no hay repetición; es, ahora, lo ves, ya no es.
La fuerza y la potencia del hecho improvisado se juega en el encuentro, el momentum que no debe ser entendido sólo como "momento" sino más bien como el "aqui y ahora del acontecer". En ese momentum nos sumergimos el pasado viernes en la presentación de ES BAILAR en el Centro de Expresiones Contemporánes de Rosario.
El acontecimiento interdisciplinar de músicxs, bailarinxs y artistxs visuales nos llevó a preguntarnos: ¿quién llama a quién?: ¿el sonido al movimiento? ¿la imagen al sonido? ¿el silencio al espectador? Inmersos en el mismo espacio, en el mismo momento no vemos, sin embargo, una homogeneidad; las particularidades de cada práctica artística no se diluyen unas sobre las otras, no se apelmazan. El movimiento no se vuelve uniforme, cada quixn guarda su modo particular de hacer. Abiertxs a lo que sucede construyen un diálogo sensible y sostenido.
En tanto que espectadorxs este tipo de propuestas nos desafían. Nos desafían a desandar las ideas de obra, de virtuosismo, de protagonismo. Se nos invita abrir nuestra piel al movimiento, a respirar las imágenes, a transpirar lo que oímos, es decir; se nos invita, no tanto a definir una forma de danza como a estar abiertos a su acontecer.
ES BAILAR propone una estructura de improvisación escénica que invita en cada edición a diferentes artistxs. Organizado por Cecilia Colombero, Helena Vittar, Julieta Almirón y Luciana De Pauli, quienes participan en la experiencia escénica de movimiento, y lxs artistxs visuales del proyecto Crotovisión.
Intervinieron en el encuentro del viernes 14/04 lxs bailarinxs Florencia Tonello, Wendy Gilt, Vanesa Moreira y Sofía Coloccini. Lxs musicxs Ivan Topolevsky, Betiana Charny y Adrián Bosch. Videos Alejandro Hillier y Andrés Aseguinolaza.
Texto: Rut Pellerano
Fotos: Luciano Scotta