En el marco del cuarto día del FAER, el Galpón 15 recibió este sábado el unipersonal “El ángel de la valija”, invitando al espectador a reflexionar acerca del apego a todo lo que nos constituye.

Por: Delfina Stamati

Fotografía: Gabriel Lovera

En el Galpón 15 abrió sus puertas a espectadores acompañados de amigos o parejas, con abrigos, carteras y otros bártulos. Lentamente la sala quedó sin ninguna butaca vacía. Fue el sábado por la noche en el marco del cuarto día del FAER cuando, pocos minutos más tarde, un hombre bajo el foco acaparó las miradas. Ninguna escenografía estaba montada a su alrededor. Y, a diferencia de todos los presentes, el hombre con ropas sueltas llevaba consigo sólo una valija.

Rompiendo con las falsas creencias sobre no poder prescindir de un pretencioso montaje escénico para lograr llegar a la audiencia y transportarla a otros imaginarios, Severo Callaci salió a escena con una valija, un bastón, dos pañuelos y su propio cuerpo y voz para hacer nacer a 10 personalidades diferentes. El actor se vistió y “revistió” de todas ellas para contar la historia de Ezequiel Sanguinetti, un cuidacoches con una misión particular: convertirse en un ángel para intervenir en la vida de las personas.

Sin embargo, una condición poco negociable se interpuso en su camino. Despojarse de todo… incluyendo su valija.

Con audacia, el actor logró convertir a este elemento en un personaje más. A veces, “Eze” lleva a la valija. Otras veces, ella lo lleva a él. Pero nunca van uno sin el otro. "Si yo dejo la valija, ¿cómo hago para saber quién soy?", se pregunta. Imperiosa pero compañera, sabia y decidida, la valija que otorga valentía a la inocencia de Ezequiel cobra vida para convertirse en una parte más del protagonista, robando casi tantas sonrisas del público como lo hizo el cuidacoches. “¡Yo soy la valija!”, grita Ezequiel.

No sólo impresionó por la velocidad en la que cambió sus zapatos por 9 pares más a lo largo de la obra. En veloces transiciones de la risa a la lágrima de emoción de quien termina por encontrar algo propio en este personaje, Callaci prestó un ojo distinto desde el cual ver la vida. La simpleza, humildad y sensibilidad del personaje remueve todo tipo de durezas: "Con la alegría soportamos al mundo, hasta que el mundo esté mejor".

“El ángel de la valija” generó una ovación de pie tras pasear durante 70 minutos a un salón entero, haciéndolo viajar desde su butaca por el cielo, tierra, agua y arena de sus mundos imaginarios. O quizás más allá, o más tarde, cuando las palabras del actor resuenen e inviten a preguntarse, entre amigos o parejas, abrigos, carteras y  otros bártulos, qué es lo que hay dentro de nuestras propias valijas y cuán libre somos de su apego.

 

Creación de personajes y actuación: Severo Callaci 

Dramaturgia y dirección: Sergio Mercurio 

Producción y asistencia técnica: Agustina Toia

Música original: Marcelo Torrone

Dispositivos escénicos: Lucas Comparetto 

Vestuario: Laura Perales

Ilustración: Komar

Diseño gráfico: Adriano Di Mauro

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Este material fue realizado por estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la UNR a través de un proyecto de extensión con la cátedra de Redacción a cargo del Dr. Orlando Verna.

Contacto: Gonzalo Luján

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