Latelonius & Cortito y Funky a puro groove en el CCG

En una noche sumamente bailada de funk y sonido groovero, Latelonius y Cortito y Funky dieron sus shows en el Centro Cultural Güemes

Pasadas las 21 hs del sábado 23 de octubre se escuchaba el primer acorde de un recital, de una fiesta. Pero para mí y unos cuantos más, todo empezaba un rato antes, cuando 19 hs salía de mi casa, comenzando uno de esos rituales que llenan el alma. Sin prisa, me dirigí hacia el Centro Cultural Güemes acompañada por Cande, ansiosa por lo que iba a suceder.

Ya en calle Ov. Lagos veíamos a personas que bajaban hacia el río, corrijo, hacia calle Güemes, con sed de Funk. De repente, delante nuestro, la esquina más deseada del día: el CCG.

En la oscuridad se veían cabecitas en fila, que al ajustar mi lente, noté que ocupaban unos cuantos metros. Fue un trámite más rápido de lo pensado el llegar a la puerta, avanzamos con ritmo, nos anunciamos como prensa de Planeta Cabezón y luego de algunas palabras más, ingresamos.

El calor humano ya se sentía... grupos de amigos, parejas, familiares y algunos corajudos solitarios esperando encontrar a alguien o a ellos mismos.

El público se iba armando, el CCG se llenaba cada vez más, inquietos ya bailaban al ritmo de la amenización musical y otro charlaban o comían alguna pizza individual o un triplete de empanadas para recargar energías con un trago o cerveza en mano.

 

Se abrió el telón, eran ellos, ubicándose con sus instrumentos… como en un tablero de ajedrez, eran piezas en blanco y negro que con acordes anticipaban el inicio de su presentación. Todo se volvió armonioso, una suave melodía, que de repente sacudió Camilo Corradin con su batería, para un enganche imposible de dejar pasar. Lucio Giaccone entra al escenario con su micrófono en mano, había señal.

Hola, Operadora?

Cortito y Funky en el aire.

Boom! Lo lindo de ver los rostros completos, las sonrisas, los dientes y el placer evidente de sentir la largada de Cortito y Funky, con nuevas caras en el escenario: Mauro Muro aka Chet en el bajo e Iván Rosianski con su saxo tenor.

Las congas, con su tinte africano, a cargo de Rodri Notta, subieron aún más la temperatura. Un solo de saxo eriza la piel, “unas carcajadas ilusorias de obsesión, posesión”.

La guitarra, en manos de Tomás Constantini, con acordes de otro mundo, las miradas van de un artista a otro con una dinámica de músicos destacados que no alcanzan los ojos para observar… así que los decidí cerrar.

Éramos varios los que por momentos solo queríamos escuchar ese groove.

Los vientos: Ciro Fernández en trompeta, Luca Topino en saxo alto e Iván, al frente para invitar a todos a bajar hasta el suelo y luego saltar.

Un silencio que, en bullicios, hace de intervalo para una nueva canción.

“Necesito algo que me inspire ya”, dice, y a mi lado siento un rico faso floral que encaja perfecto con la canción.

"No estoy muerto, soy como la menta", y pienso, ¡estamos más vivos que nunca!

Agustín Pérez al ritmo del agradecimiento nos complace con compases de sus sintetizadas teclas. Ciro tomando el mando del mic. ¡Qué voz! Esa sonrisa de joven picarón con un talento que lo invade. El público lo disfruta, suena Cortito y Funky.

En un momento… Burlesque, enloquece a todos.

Sexy y atrevido saxofón. Ensambla el groove del bajo. Indetallables perlas una tras otra.

Con la llegada de Alejo Blanco en trompeta, se despiden a cuatro vientos con Agustín al mando de las teclas, que suena como un ángel por subir, “creo que puedo volar y el cielo tocar”.

El groove invadió el ccg, subieron los bpm y todo estaba por estallar.

No sé quién se comió el amague final, pero hay un tema más, ¡¡a lo que vinimos!! A gozar.

 

Intervalo ideal para fumar un puchito, pero complicada la jaula en la que nos metieron, algunos cómplices abrimos la reja, somos libres. Vereda, charlita, beso, abrazo, como andas, tanto tiempo…

 

Un descansito más, pero no mucho que late, Latelonius.

El grupo instrumental arrancó sin vaselina, los vientos al frente, y a demostrar.

Latelonius sonando.

Gwido Cirione en saxo alto, Ivan Rosianski en saxo tenor, Manuel Fuertes en trompeta, Colo Marino en el bajo, Mauro Giolitti en teclado, Nico Mazzurco en batería, Santi Corva en Guitarra, Yair Antonelli en percusión (nuevo integrante).

Todos bailando, felices, las pieles se rozan… sin un mambo pandémico visible, relajación y excitación.

¡Tema nuevo! Amo lo nuevo, tiene un no se que, llamémoslo frescura.

El ritmo, la energía y la seducción del jazz-funk, son para mis oídos placer.

A pleno salto y adrenalina de la gente, Latelonius con un manejo de los volúmenes que pone piel de gallo.

Y así, entre tema y tema, cerca de las 23:30 hs daban por finalizado un show increíble.

Quedaron las remeras mojadas, las sonrisas marcadas y los pulmones de Ivan ¿quién sabe dónde? Será que fue el eslabón de la cadena, marcando la unión.

 

Gracias Planeta Cabezón por el espacio.

 

Ph: Candela Colombo @candecolomboph

Palabras: Camila Sfalcin @camisfalcin

Mila Agencia Digital @milaagenciadigital

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