Parque Lezama

Un paso por Rosario de esta obra teatral dirigida por Campanella.

En Parque Lezama, que bien podría ser nuestro Independencia con sus columnas corintias y desniveles,  dos abuelos se pelean por un banco. Así comienza el relato de Herb Gardner, adaptado por Juan José Campanella que  se dio el gusto de dirigir su primera obra teatral.

Luis Brandoni y Eduardo Blanco protagonizan a dos viejos adorables. Uno de ellos es optimista, militante de la izquierda, fabulador como pocos. El otro está resignado de su suerte, representante de la cultura del “no te metas” y un tanto ciego.  Lo único que tienen en común son los achaques de la edad.

La tarde va cayendo y con ella aparece el director del consorcio de Antonio haciendo running, y haciendo equilibro sobre sus Dolce&Gabbana la preocupadísima hija de León.  Un raterito, un dealer y su víctima completan el combo de personajes que llenan de color la trama de la historia.

La pieza es fiel al estilo de Campanella pero es el dúo protagónico el que se lleva todos los aplausos, especialmente Blanco al retratar los tics, postura y manías de la tercera edad.  Hay una distancia actoral enorme entre el dúo protagónico y el resto del elenco, que sólo aportan excusas para conocer más a estos dos viejos de nuevo en la salita negra.

Cecilia Monti realizó un trabajo impecable con el vestuario y escenografía, aunque un tanto monótona, da cuenta del transcurso del tiempo entre un diálogo y otro con sus cielos celestes, naranjas y azules.

Todo resulta en una obra fantástica, para reflexionar entre risas sobre la vejez, la amistad y la vida.   

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