Leo que fluye

En el marco de la 11ava semana del arte en Rosario, se presentó nuestro queridísimo Leo García en el CEC. Una invitación a escucharlo con todos los sentidos.

La movida empezó con cambio de horario. Mientras las puertas del centro permanecían cerradas, la entrada se fue llenando de ansiosos, aroma a flores y pelos de colores. “Agua que fluye” era el lema de la semana; y vaya si lo hizo, frente al río, en la embriaguez del agua, todos iban entrando en clima.

De repente el amontonamiento se convirtió en una fila anárquica que luchaba por entrar a la minigalería del primer piso donde abrían las muestras "Más huellas en el agua" de Álvaro Casals, "Casa sin puerta ni ventana" de Ana Clara Tarquini y en Baños "Mundi et homines" de Gonzalo García Carcaterra.

 

Mientras sonaba un Dj  otros, más avivados, enfilaron derechito para la puerta del costado donde inauguraban las muestras y Fernet Branca repartía vasos gratis. Felices ellos que pudieron conseguir una mesa.El resto, aprovechamos el tiempo para explorar el galpón, donde inauguraban 3 muestras interesantes.

El video “Proyecto económico para una ecología más justa” de  Esteban Álvarez, mostraba el relato, el fracaso y la supervivencia de las ideas.  Estaba algo aislado, escondido del resto, escondido, invitando a las parejas a descubrirlo con una risa en la oscuridad de las columnas.

La instalación Barro Memorioso, de Andrés Paredes, se robaba toda la atención. Desde los mandala de tierra donde reposaban mariposas, hasta los hongos, era una invitación psicodélica a mirar más adentro, para descubrir cristales de caramelo y calaveras. El olor a barro, a incienso, al bosque profundo, involucraron a los asistentes transformándolos en arqueólogos de su(s) profundidades.

Last but not least, “La Promesa del río” de Pauline Fondenvilla, está formada por una docena de veleros con frases cortas y dibujos simples con los que cada quién puede navegar su propia historia. Cuando no están en el agua, las velas son pancartas algo absurdas, como un grito ahogado o los restos de una manifestación que fracasó.

Antes o después de lo esperado, empezaron a sonar los acordes de Leo. El escenario de la #11SAR te metía en clima para después… decepcionarte. No removieron las mesas, lo que no dio lugar al baile. Un sonido impecable, pero bajo, que no llenaba los espacios vacíos del galpón.

Llegó tanta gente que la mayoría no llegó  a ver más que la ceja de Leo García, aunque nos hizo mover las cabezas con algunos éxitos de Gilda, y sus clásicos en versiones acústicas. El artista no decepcionó a sus fans y tocó los éxitos que nos gustan a todos Morrisey", "Reírme más"y  "Tesoro", pasando por "Tomate el palo" para cerrar con "Lago en el cielo". 

Terminó entre aplausos, y sin perder un minuto más, todos tomamos la propuesta de la semana y salimos a tomar aire,  mirar al río, dejar pasar la inundación. 

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