¿Veda? Las Pelotas!

Las Pelotas llenaron el Club Brown (Av. Francia y Brown) el sábado 18 de abril y Planeta Cabezón estuvo presente.

Pensé que mi día acababa con salir del trabajo luego de sólo dormir dos horas –no me detendré a dar explicaciones respecto de las sólo dos horas de sueño- pero me entero que tengo que ir a Club Brown.

  • Bueno, está bien. ¿Qué hay? – digo tras mi celular
  • Están Las Pelotas. ¿Te anoto?
  • ¡Y sí!

No voy a caretearla de que soy fan y los sigo a todas partes. Pero tampoco voy a negar el encanto que dejaron en mí al verlos la noche del sábado; y cómo contagiaron el brillo y el ardor que transmiten y llevan consigo arriba del escenario para acercarnos más a ellos. Ahora entiendo la locura acá abajo junto a mí.

Arrancaron con un tema que tuve que volver a casa a googlearlo porque me secó la cabeza, como para decirme, “ah viste? por algo traen tantos años sobre sus pies”.  Gritar. Quiero que empieces a gritar. Con un ritmo impecable las luces le ponían énfasis a cada palabra del ‘Rey de los Divinos’.

Y es importante hablar de ellas, pues las luces acompañaron la energía de cada tema, y la energía de la banda contagiaba a un Club Brown repleto de sonrisas, abrazos, besos y gritos de Las Pelo, Las Pelotas! Y a la mierda la veda.

Y en momentos de curiosismo, observaba a un público de todas las edades. Me daba vuelta y veía a un pibe de 10 años cantando mientras su viejo emocionado más arriba gritaba aún más las canciones. O cómo un señor canoso con la remera de Sumo pide una foto junto a, quizás, su hermano y su hijo. Y un par de señoras, y unas pibas adolescentes sobre los hombros de unos chabones, y  en el medio todo lo demás.

Después de unos gritos de agite para que salgan, cosa que hicieron tres veces al llamado de: “si quieren más ya saben, tienen que pedirlo”, vuelvo a mi casa charlando con Lucas, mi compañero de la noche, hecha mierda pero sonriendo.

A veces la sorpresa es mejor de lo que esperás porque en realidad no estás esperando nada. Y sí, canté y bailé, y cómo no hacerlo, cuando todo se iluminó con un ‘shine!  shine, shine ,shine’!

Vamo’ las pelo! 

Texto: Analí Macuglia

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